Alrededor de 15 mil hinchas colocolinos llegaron al estadio Monumental para el usual arengazo, que se realiza en el último entrenamiento antes de que Colo Colo dispute un Clásico. No se registraron incidentes, aunque al final de la práctica un grupo de fanáticos logró ingresar a la cancha. Su falta, no obstante, fue recompensada con una foto junto a todos los integrantes del plantel.
Los controles de seguridad fueron excesivos con la prensa mas no con los hinchas. Los representantes de los medios de comunicación debieron ser revisados con paletas detectoras de metales, mientras que a los barristas se les dio vía libre.
Lo curioso, por decir lo menos, es que pese al momento de crisis de Colo Colo los asistentes no se manifestaron contra Pablo Guede ni contra Aníbal Mosa. Los furiosos cánticos que se escucharon en el Lucio Fariña de Quillota no se replicaron en el banderazo. Tampoco hubo lienzos dedicados al cuerpo técnico. Colo Colo, al menos por una tarde, vivió una particular jornada de unión. Al menos en el papel.
Eso, porque Barroso fue condenado al ostracismo. Ni siquiera estuvo junto al plantel de reserva: se le envió junto a los juveniles en una esquina del campo. Guede permaneció en su asiento durante la mayor parte del tiempo y solo se incorporó para dar inicio a la última práctica. Tampoco existieron muestra de apoyo al Almirante, pese a todo lo comentado en redes sociales.
Esteban Paredes, Jorge Valdivia y Matías Zaldivia realizaron trabajos diferenciados, mientras que el resto de los jugadores pasó el tiempo haciendo rondos en el centro del campo.
Finalmente, y en un hecho inédito, Guede mostró tanto a los hinchas como a los medios el 11 titular con el que enfrentará a la U e intentará ganar un respiro en medio de la crisis: Orión; Campos, Zaldivia, Insaurralde, Opazo; Baeza, Carmona, Valdés, Valdivia; Paredes y Rivero.