En Argentina, los conflictos se multiplican. A esta altura poco importa que una victoria ante Nigeria, si Islandia no dice otra cosa, pueda meterlo en octavos de final. Hoy, todo lo que incumbre al equipo de Sampaoli genera tensión y preocupación. Más considerando que la albiceleste no se despide en primera ronda desde 2002, en el equipo que conducía Marcelo Bielsa.
Todos los focos apuntan al estratega de Casilda. Cada movimiento que realiza, genera sospechas. Ayer fueron sus conversaciones con jugadores de peso, pizarra en mano, las que despertaron suspicacias durante la última práctica, en Bronnitsy. Hubo un par de fotos para alimentar la teoría de que el equipo contra Nigeria lo arman los jugadores. Jorge Sampaoli, con una carpeta, conversa con Javier Mascherano. En un momento, el ex jugador del Barcelona le señala algo, a lo que el técnico anota. La escena se repite con Ángel Di María y Enzo Pérez.
Mascherano, a través de las redes sociales, no escondió su enojo por las interpretaciones. Lo hizo antes de compartir con cientos de hinchas que realizaron un banderazo en las puertas del hotel de San Petersburgo: "Cuando hablamos es para imponer, y si no lo hacemos, es porque estamos peleados y no nos importa nada. Solamente me gustaría decir que cuando el objetivo y la camiseta que representamos es más grande que cualquier tipo de interpretación que se pueda hacer, vamos todos juntos unidos por ese fin". También pidió respaldo y poner fin a las divisiones: "Ojalá seamos los 44 millones de argentinos pateando todos hacia el mismo arco", cerró el Jefecito.
Sampaoli intenta desentenderse de los fusiles que le apuntan ("te hacen ver como un perdedor; en el mundo virtual te hacen sentir como un delincuente por perder un partido", dijo) y mantener la compostura. Sabe que está a las puertas de un juicio final, en riesgo de concretar uno de los fracasos más grandes de la selección transandina. Tiene contrato hasta 2022, con US$ 16 millones como precio de un hipotético despido, pero no le importa. Habla del quiebre con los jugadores del que se informa, para negarlo: "Cuando se pierde hay acusaciones recíprocas, es normal. Pasa siempre, me pasó en cada club en el que estuve. En el mundo real se dicen las cosas de frente, no hacen falta teléfonos, ni mensajes... Se habla por el bien del escudo".
El DT evitó entregar la formación, pero sí dio pistas: "Si jugaran los históricos sería porque es un momento delicado y sería lo más lógico que lo afronten jugadores con mayor experiencia en este tipo de cuestiones".
Su rival, mientras, amenaza a Messi. Lo quieren fuera del Mundial . "No estamos acá para verlo jugar. En el fútbol no hay piedad y nosotros no le vamos a regalar nada a Lío", advirtió Gernot Rohr, técnico de Nigeria.
Y el tercero en discordia, Islandia, se agarra a los descansos de Croacia para soñar: Modric, Mandzukic, Rebic (autor del primer gol ante Argentina), Vrsaljko, Rakitic y Brozovic.