Argentina comienza la recta final para su sueño. Hay quienes afirman que el Mundial comienza en los octavos de final y no dejan de tener razón. A partir de ahora, no hay margen de error. El que pestañea ya no solo pierde, también se olvida para siempre del torneo. A los transandinos les sobran razones para evitar ese designio. Dos que saltan a la vista: la obligación de contribuir a la consagración definitiva de Lionel Messi y el homenaje final para Diego Maradona, cuya imagen ha compartido sitios y honores con la del astro del PSG.
El equipo de Lionel Scaloni pudo dejar atrás las dudas. Partió con una verdadera tragedia en la derrota frente a Arabia Saudita, pero pudo enrielarse con las victorias sobre México y Polonia. Aún no es un equipo deslumbrante, ni mucho menos, pero la calidad de sus jugadores le otorga ese margen de mejora. Las fichas, naturalmente, están puestas en la explosión de La Pulga, pero sus laderos también tienen mucho qué decir. Incluso los más jóvenes, como Enzo Fernández, Julián Álvarez, Alexis McAllister y Thiago Almada, enarbolan la bandera de un recambio que, en su caso, va en serio.
Lo único que distrae a los transandinos es la falta de descanso. “El rival tiene diferencia de descanso notable. Siendo segundos, vieron nuestro partido sentados frente a la televisión. Nuestros jugadores están acostumbrados a jugar cada tres días y no va a influir. Pero no estuvo la igualdad de condiciones. Tuvimos que haber tenido otro trato. Es el único equipo del Mundial que juegan en menos de 72 horas antes. Es muy extraño. Cuando salió el sorteo lo había visto pero no valía la pena quejarse porque iban a decir que nos creíamos primeros... Pero podía pasar y la recuperación es corta”, reflexionó Lionel Scaloni, el estratega argentino.
Respeto
La cabeza albiceleste mostró respeto por el rival. “Tienen buenos jugadores, van bien por la banda derecha, cuenta con buenos delanteros, centrocampistas con experiencia, niveles altos. Sobre todo es un equipo y siempre es difícil. Hablo de equipo como conjunto de jugadores que saben lo que quieren”, analizó.
La principal inquietud de Scaloni tiene que ver con la ausencia de una figura clave: Ángel di María. Tiene tres opciones para reemplazarlo: Leandro Paredes, Papu Gómez y Ángel Correa. De la elección dependerá, también, una eventual variación táctica.
En Australia, por cierto, destilan optimismo. “¿Si vamos a ganar? ¡Por supuesto!”, lanzó el técnico, Graham Arnold. ”Entrené el equipo olímpico en Tokio el año pasado y le ganamos a Argentina 2-0. Es una camiseta amarilla contra una camiseta a rayas celestes y blancas, es 11 contra 11″, recordó. Y, a diferencia de Scaloni, le restó importancia al factor descanso.
Mientras, por el mismo lado del cuadro, Países Bajos y Estados Unidos animarán un choque inédito en la historia de la Copa del Mundo. Se han medido en cinco amistosos, con cuatro triunfos para los naranjas. Eso sí, en la última ocasión en que se midieron se impusieron los norteamericanos. De ese encuentro, en todo caso, han pasado casi siete años.