Ariel Holan: “La ilusión de ganar la Libertadores es una exigencia irreal”
A la tercera también le funcionó a la UC: entrenador distinto, pero de nuevo campeón. El DT argentino hace balance en eldeportivo.cl y entra en la disyuntiva de sus antecesores: abandonar el proyecto ahora en la cima o quedarse.
El técnico de Universidad Católica, Ariel Holan (60 años), recibe a eldeportivo.cl horas después de conseguir el tricampeonato.
Partamos en el verano pasado, cuando Católica parecía invencible y todos la candidateaban al título a pocas fechas del inicio...
Estábamos muy enfocados y contentos con la evolución del equipo. Es que cada entrenador tiene su impronta y llevó un tiempo que se acomodaran las piezas. Pero la ilusión del tricampeonato se vislumbraba en el rendimiento que teníamos, aunque la única preocupación que se nos daba en ese tiempo era la Copa Libertadores: sentíamos que podíamos dar más y teníamos que dar más.
¿Los condicionó mucho esos primeros partidos en la Copa?
No tengo dudas que eso nos condicionó. La derrota en Porto Alegre ante Inter y luego en casa... La que más me dolió fue con América de Cali, porque sin llegar a hacer un gran partido, fuimos superiores y los errores en el fútbol se pagan. Y nos equivocamos dos veces y ellos convirtieron.
¿Cómo lo hizo en los primeros días de la pandemia para que el camarín mantuviera la calma?
Lo primero que hicimos fue ocuparnos de los chicos que vienen de afuera y tenían a su familia en el extranjero. Tenían que saber cómo estaban y brindarles seguridad. Luego hablamos con los demás, pues la normalidad de los futbolistas pasar poco tiempo en casa y ahora estaban todo el día. Por ahí conversamos mucho con ellos, hicimos muchas reuniones virtuales e intentamos recrear el ambiente que teníamos en el vestuario. Pero son bárbaros y su compromiso siempre fue total.
¿Pensó en plena cuarentena abandonar Chile e ir al reencuentro con su familia en Argentina?
De ninguna manera. Entendía que tenía un compromiso con los directivos y principalmente con mis jugadores. Además, el club hizo un esfuerzo enorme para que nadie tuviera modificaciones económicas en sus contratos y no me sentía con la libertad de marcharme. Aquí estaban todos comprometidos y no los podía abandonar.
¿Cómo lo soportó?
Fue muy duro. Estuve un año sin ver a mi hermana y nueve meses sin estar con mis hijas, cuando no pasaban veinte días antes sin juntarnos. Pero estábamos enfocados en lo que había que hacer. No podíamos volver para no contagiarnos y es el precio que pagamos. Todo se compensó en otras áreas: hubo muchas charlas con mi mujer y momentos lindos de convivencia, Además, mis futbolistas estaban muy comprometidos con el trabajo y ahí sentí que estábamos para cosas grandes.
Pero el reinicio del fútbol no fue dulce, pues vino la eliminación de la Libertadores y la hinchada quedó otra vez con la espina clavada...
Aquí hay dos cosas. La ilusión de la ganar la Libertadores debe tener un sustento en el realismo. Hay que pensar que Flamengo invirtió 80 millones de dólares en su plantel y pregunto: ¿Católica puede invertir eso? Es una exigencia irreal. Para pelear la Copa debe haber un proceso de mucho tiempo y una inversión de mucho tiempo. Y entender que no es fácil jugar Copa y Campeonato. Sin embargo, en ese torneo mis jugadores demostraron que están para competir. Hoy el Inter está primero en su torneo y Gremio entre los seis de arriba... La Libertadores nos dio una clasificación merecida a la Sudamericana y eso lo valoramos.
Otra espina en el camino, no se llegó a la final...
Quedamos afuera en una llave muy apretada con Vélez y nos faltó esa dosis de azar que nos hizo perder a Zampedri por Covid, a Huerta por lesión y en ese contexto quedamos eliminados. Pero insisto, peleamos con un Inter que está por ganar el Brasileirao; América, que fue campeón de Colombia, y Gremio, que siempre está en las finales. Sentíamos que estábamos para llegar a la final y en seis días tuvimos que jugar con los dos clásicos rivales. Lo hicimos bien.
Derribemos mitos: ¿se enojó por la venta de Pinares y Kuscevic?
Uno puede pensar de una manera y la realidad te pasa por encima. ¿Qué le puedes decir a Pinares cuando lo viene a buscar un gigante de Brasil y a Kuscevic que llegó a la final de la Libertadores y su equipo la ganó? No puedes ser egoísta y dejarlos acá. Además, hay que pensar en el esfuerzo que hizo el club para sostener a la institución con los mismos egresos y muchos menos ingresos. Se intentó reemplazarlos y no se llegó a puerto.
¿Tampoco maldijo cuando se le lesionaron uno a uno los baluartes de su oncena?
Una de las frases del fútbol que más me gusta es que este deporte es contagio. Si la mano viene mala, te llegan las malas. Pero más que preocuparnos, comenzamos a ocuparnos y a rotar jugadores para intentar mantener la calidad. Y recuerdo que muchos decían que Católica había bajado y no se fijaban en todas estas cosas. Jugamos una clasificación en una copa internacional y dos clásicos en muy poco tiempo, sufrimos lesiones, jugamos con chicos...
Sigamos con los mitos: ¿el chaleco que usó en varios partidos era cábala?
Es de estas cosas que tenemos los deportistas y algunas personas. Cábala era cambiar el pantalón, el chaleco, la camisa... Pero después de cinco partidos con el chaleco y buenos resultados, si quieres decirlo, era cábala.
¿Y lo anudaba para que La Calera no lo alcanzara cada vez que tuvo la oportunidad?
No, jaja. La verdad es que queríamos que nos fuera bien a nosotros y no le deseábamos mal al rival. Valoramos lo que hizo Calera, nos dio una pelea bárbara. Lo respetamos, hicieron un gran torneo y tienen merecido premio: la clasificación a la fase de grupos de la Copa Libertadores.
La pregunta que la hinchada cruzada se hace: ¿se queda o se va?
No quiero evadir la respuesta, pero como en cualquier trabajo se hacen las evaluaciones cada cierto tiempo y este año nos dejó muchísimas enseñanzas. Tenemos que hacernos las mismas preguntas que me hiciste con la dirigencia y cada uno debe dar sus opiniones... Mi contrato tiene cláusulas de salida para ambas partes, pero hay que charlar y ver qué sucede.
¿Cuándo se dará esa charla?
Será inmediata. El primer punto es jugar el último partido y a más tardar este fin de semana tenemos que charlar y hacer el balance.
Si le desarman el plantel, ¿se va?
Hay muchas cosas positivas acá. Este es un país extraordinario, he recibido mucho cariño de la gente cruzada, he hecho amigos y me llevo muy bien con la dirigencia y mis jugadores. Pero cuando uno toma decisiones, hay que analizar todas las variables y ver qué es lo mejor para uno y para el club, porque en esta carrera el verbo que más seduce es ganar.
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