Hoy el técnico Ariel Holan celebra. Y queda en la historia de la Católica por este tricampeonato inédito.
Pero el hombre la pasó mal. Cuando las cosas no estaban funcionando en el plano local y se quedó fuera de la Sudamericana, muchos dudaron de su capacidad. Sin embargo, el técnico argentino no le guarda rencor a esos que le dieron la espalda y ayer lo abrazaban. Todo lo contrario, cuando le preguntaron los colegas de TNT Sports por este logro, el adiestrador aseguró que su momento más amargo fue cuando todo el mundo estaba en cuarentena.
“La verdad es que para todos los clubes fue durísimo. Por eso rescato a mi futbolistas, los cuales estuvieron cinco meses de inactividad y ellos trabajaron muchísimos. Tuvieron más de cincuenta sesiones de zoom y respondieron”, aseguró.
Luego agradecio a la dirigencia por “acompañarnos y darnos los recursos para seguir trabajando, pese las vicisitudes económicas. También a mi cuerpo técnico que trabajo como loco en sus casas y luego desde muy temprano en la mañana y al pueblo cruzado que nos dio mucha fuerza”.
Pero Holan también tiene una espina clavada y esa fue no poder conseguir otra Sudamericana y el primer campeonato continental para los cruzados. “Creo que hicimos una gran Copa Sudamericana, pero nos faltó un poco más. Queda esa sensación amarga de no poder llegar a la final y hacer historia. Hicimos grandes partidos con los brasileños, con América en Colombia y demostramos que en las copas se puede competir con esfuerzo”, confesó.
Y las dos veces que pusieron su continuidad sobre la mesa, el estratega estudiantil sentenció: “debemos tener unas charlas, pero más allá del técnico, lo que importa es el proyecto del club”.