Ariel Martínez, el agresor de César Fuentes: “Tengo una sensación de culpa, pero también la conciencia tranquila”
El volante de Unión La Calera se refiere al brutal golpe que le propinó a César Fuentes y explica cómo fueron los momentos posteriores a su expulsión en el duelo en el Monumental.
Ariel Martínez asume que la llamada de eldeportivo tiene un motivo concreto. El mediocampista de Unión La Calera fue expulsado en el partido frente a Colo Colo, en el Monumental, por aplicarle un golpe brutal al mediocampista albo César Fuentes, en una de las imágenes más fuertes que dejó la primera jornada del Campeonato Nacional. Las condiciones del impacto quedaron a la vista. El volante del Cacique salió de la cancha con un vistoso parche en la nariz, dos tapones en las fosas nasales, la camiseta ensangrentada y un diagnóstico que se confirmó en esta jornada: una fractura nasal que obligará a someterlo a una cirugía reparatoria, cuyo plazo no fue informado. Recién después de los resultados del procedimiento, el mediocampista formado en O’Higgins tendrá más clara la fecha para el retorno.
“La verdad, tengo una sensación de culpa, por cómo se dio el momento, pero también tengo la conciencia tranquila. Fue una jugada de fútbol. Nunca tuve mala intención”, enfatiza el calerano, apodado como Chucky, quien se formó en las divisiones inferiores del Cacique, de las que salió para defender a Coquimbo Unido y Audax Italiano antes de recalar en el conjunto cementero.
¿Pudo hablar con Fuentes?
Fui al camarín, a disculparme. Lo vi muy tranquilo. A César lo conozco hace tiempo, compartí con él en alguna Selección. Me entendió. Antes, apenas pasó la jugada, me preocupé de él. De hecho, le digo a Roberto Tobar que le pegué. Fui con el brazo arriba, por el eje. Fue mala suerte.
¿Aceptó la explicación?
Sí. De buena forma, incluso. César me conoce. Sabe que no soy un jugador malintencionado Estaba Mati Zaldivia, con quien tengo una buena relación, también. Y me trataban de calmar. En el momento en que pasó todo, lo vi con sangre y me preocupé, naturalmente. Mati me decía que estuviera tranquilo. Es mi primera expulsión. No soy ese tipo de jugador.
¿Vio la imagen, después, que resulta muy violenta?
La veo y veo que el codo se ve arriba, pero es por el eje del cuerpo al saltar. En ningún momento le voy a pegar. Uno siempre va arriba con la mano cubriendo su eje. Fue una jugada rápida. El golpe no fue con el codo. Fue el antebrazo, abajo del codo. Fue entre codo y muñeca, por graficarlo de alguna forma. Además, no hubo movimiento del brazo. Siendo más rebuscado, incluso, César llega antes y en el llegar antes el baja un poco su eje y queda a la altura del codo. Pero, insisto, no hubo mala intención. Me gustaría que quedara claro eso.
¿Teme por la sanción que puede recibir, considerando el revuelo que generó su acción?
Hablé con los árbitros después. Tobar me dice que no hubo una mala intención. Que no fue generar un golpe más, adicional, por decirlo de alguna forma. Fui como cualquiera que va a cabecear, que suele abrir los brazos. No a golpear a César ni mucho menos.
¿Cree que lo van a tener en la mira desde ahora?
Espero que no. Nunca he sido un jugador agresivo. No tengo antecedentes como para que piensen eso de mí.
¿Qué le dijeron en La Calera?
Hubo apoyo de parte de mis compañeros y del técnico. Se dieron cuenta de que no tuve la intención de golpear.
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