Efímeras fueron las semanas de éxitos y felicitaciones recibidas por Arley Méndez. Tal como el tiempo entre 2013, cuando se instaló en Chile, y principios de este año, al recibir la nacionalidad, el pesista nacido en Cuba, hoy chileno, quiere tranquilidad y bajo perfil.

Méndez es candidato para ser reconocido hoy como el Mejor de los Mejores en la ceremonia que cada año organiza el Círculo de Periodistas Deportivos. Sin embargo, el levantador aseguraba ayer que no asistirá, pese a que de todas maneras debe recibir su Cóndor como el mejor de su deporte. Asegura que tampoco irá mañana a otra ceremonia, en La Moneda.

"No tengo deseos de ir, para ser sincero. Mi papá falleció hace poco, no tengo ganas de ir a ningún lado", dijo el pesista, quien perdió a su padre el viernes pasado, en Cuba.

Desde que Méndez se colgó tres medallas mundiales en Anaheim, hace 15 días, que no ha perdido oportunidad para dejar en claro que se siente chileno y que las medallas son para su nuevo país. Pero las críticas que comenzaron a escucharse más los cuestionamientos públicos que hicieron en El Mercurio Sebastián Keitel y Denisse van Lamoen ayer terminaron por hastiarlo.

"Hay muchos que son capaces de comentar cosas que no saben, no me extrañaría que en la ceremonia digan otras cosas, así que yo me quedo en lo mío. Lo mío es entrenar, nada más. Además, sé que no voy a ganar", comenta.

El pesimismo, dice Arley, no pasa por su condición de nacionalizado, a la que tampoco culpa por no ganar el premio Mejor Deportista de la Gala del COCh, el miércoles pasado: "Ese premio fue para la Fernanda (Valdés), ella se lo merece igual, ella también ganó medalla de oro en el Mundial. Tiene derecho".