Arley derrota los prejuicios

Arley Méndez estaba atrás. Todos los galardonados presentes, uno por deporte, se habían subido al escenario para una foto grupal y también para darle un marco especial y tradicional al ganador del premio al Mejor de los Mejores, que cada año entrega por votación el Círculo de Periodistas Deportivos de Chile. Pero Arley estaba atrás, ni se veía, porque es bajo y porque no quiere mucha exposición.

A la ceremonia no iba a ir, según aseguró, porque aún vive el luto de su padre y porque lo han tratado mal algunos deportistas. Pero finalmente escuchó ("a muchos chilenos que me escribieron y esperaban que viniera y me llevara este premio y, mira, se cumplió", dice) y reconsideró su decisión. "Además, si ganaba y no estaba aquí, qué decepción se iban a llevar, lo iban a tomar como que no me importaba", agrega el pesista. Y ganó.

Se demoró en aparecer entre los deportistas para que el ministro Squella le diera su Cóndor. Se le veía emocionado a Arley: su padre falleció el viernes pasado y no supo de este galardón, ni tampoco que era Cóndor al mejor pesista de Chile.

Pero Méndez tenía emoción, no pena. "Mi papá fue al hospital, pero lo devolvieron a casa y ahí murió en brazos de mi hermano. Le alcanzó a decir que no hiciera luto, porque iba a morir habiendo visto a su hijo campeón del mundo", relata el pesista en la Escuela de Investigaciones.

Sus ojos se enrojecieron, pero mantuvo la calma. Lo mismo al recordar que esta misma semana Sebastián Keitel y Denisse van Lamoen criticaron en El Mercurio que fuera alternativa para el premio.

"Yo lo tomé mal, al principio. Yo compito por Chile, que venga alguien y te diga que no lo mereces porque llevas poco nacionalizado... El premio es para el mejor deportista de 2017 y yo competí en 2017, tenía el derecho, esas críticas no vienen al caso", dice Arley. "Hay un grupo de deportistas que se sienten un poco frustrados, nosotros no venimos a quitarle el puesto a nadie, venimos a entrenar, competir y levantar la bandera de Chile", agrega.

En el centro de la polémica, a la que incluso Claudio Bravo se refirió en Twitter, Keitel aclara sus dichos: "No cuestiono que sea o no chileno, ni que él merezca los mismos beneficios que nosotros; digo que debería haber una revisión a las bases del premio en la que se establezca cuánto tiempo debe pasar para ser considerado. Han sido injustos conmigo, me han tratado de xenófobo, de intolerante y la mitad de mis amigos son de otras nacionalidades".

Van Lamoen, en tanto, llamó a Méndez para afinar su punto. "Mi comentario no tuvo que ver con algún pensamiento discriminatorio; es un tema técnico, de normativas internacionales. En ningún caso desmerecí sus títulos. Hablé con él, le ofrecí las disculpas del caso y le di la bienvenida a Chile. Él puede entregar mucho".

Buena parte de los presentes consultados respaldaron la elección de Méndez como el mejor del año. "Él eligió ser chileno", fue el comentario más repetido entre los deportistas. "Todos quieren estar allí y claramente genera envidia", analiza la ciclista Paola Muñoz.

La votación del mejor de cada deporte la realizan periodistas deportivos de todo el país, pero al Mejor de los Mejores lo determina una comisión conformada por periodistas y autoridades deportivas y gubernamentales. Diferente es la premiación que hizo el COCh la semana pasada, donde ganó María Fernanda Valdés, pues ahí votan deportistas de todos las disciplinas.

Ignacio Pérez Tuesta, presidente del Círculo de Periodistas Deportivos, respalda al pesista y comprende su reacción inicial de no asistir a la ceremonia. "Era entendible que no quisiera venir, después de ver las publicaciones. En esta época, donde se está hablando de temas de migración y de cómo nos integramos todos, poner ese tipo de argumento para no premiar a alguien está fuera de todo contexto".

En el deporte paralímpico la Mejor de los Mejores fue Amanda Cerna. La atleta comentó: "Muchos de mis compañeros tenían grandes méritos, así que es lindo haber ganado".

Méndez y Cerna se fotografiaron juntos, se fueron igual de felices y de felicitados. Y el pesista, antes de partir, recordó: "Si Dios me acompaña y no me lesiono, ganaré medalla en Tokio".

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