La decisión de la Federación Internacional de Halterofilia de establecer solo siete categorías masculinas para los Juegos Olímpicos 2020 afectaron los planes de Arley Méndez (25 años). Entre las elegidas no fue considerada su medida, de 89 kilos. Sus opciones pasaban a ser dos: subir o bajar de peso, pero de ninguna manera abandonar el camino a Tokio. Escoger entre 81 kilos y 96, sus más cercanas, era el dilema, pues el chileno obligatoriamente debía mutar.

La decisión era aumentar siete kilos o bajar la misma cantidad para buscar su clasificación. Quedarse en la medida que lo consagró campeón mundial en arranque recién en noviembre no era opción. Tampoco reducir a 85 kilos, como los que tenía cuando se colgó el oro en los Juegos Suramericanos de Cochabamba, a mediados de 2018.

La opción que tomó Arley fue aumentar. Por eso, 110 días después de ser campeón con 89 kilos, un atleta más macizo se presentó en la sala del Centro de Entrenamiento Olímpico en la que se estaba desarrollando el Nacional. Pese a que el nacido en Cuba aparecía inscrito con los participantes de 89, fue finalmente presentado junto a los de 96. Era la primera vez que Méndez incursionaba en esta categoría. Y, respondiendo a sus credenciales, anotó el récord nacional en arranque (172 kilos: 169 llegó a hacer en su anterior categoría), envión (205: 200) y total olímpico (377: 369) en su nuevo peso.

"La sensación es buena para partir compitiendo en esta nueva categoría. Me siento muy bien y bastante fuerte. Debo seguir trabajando la preparación", reconoció el pesista tras terminar su participación en el CEO.

Su notorio cambio físico obligó a reformular su técnica y Méndez lo sintió en la competencia. "Me cuesta pasar los codos, estoy más grande y lento en el arranque, donde se debe tener explosividad", dijo el campeón nacional. "Debo trabajar la coordinación", reconoció.

Los kilos que sumó le dieron otras sensaciones. El diagnóstico que hace el chileno-cubano es claro, al igual que su solución: "Me siento más fuerte, pero más descoordinado. En los despegues nada me pesa, solo me falta adaptarme al peso corporal".

Esa adaptación ya está en proceso. Incluso, el pesista admitió que las marcas que logró en el Nacional, con su nuevo peso, ni siquiera las había hecho en entrenamientos: "Había llegado a 170 kilos en arranque y 200 en envión". La meta de Arley, eso sí, aún está lejos. "Mi objetivo es hacer 180 kilos en arranque y 220 en envión. Lo principal es entrenar fuerte, buscar resultados, llegar a mi forma deportiva adecuada y darlo todo por Chile para lograr la clasificación a los Juegos Olímpicos", concluyó.

El camino de Méndez rumbo a Tokio sigue cuando viaje a Estados Unidos a disputar el Las Vegas International Open, del 7 al 10 de marzo.