Arturo Vidal sigue encendiendo la llave entre Colo Colo y River Plate. El volante ha sido el centro de atención durante la última semana. Todo comenzó luego del encuentro de ida, con sus polémicas declaraciones. “Ustedes hablan de lo económico. No vamos a ver ahora mi precio con el precio de ellos. Si nos ponemos a ver títulos, yo tengo más títulos que todos los de River”, dijo una vez finalizado el pleito en Macul.
Luego, puso freno a sus palabras. “Ayer lo que respondí yo no era para pelear con los jugadores de River ni para pasarlos a llevar, sino que lo dije para responderle al periodista que me preguntó una cosa. Toda la semana, antes del partido, nos miraban en menos porque el valor de nosotros era de 26 millones y el de ellos era, no sé, 126 millones, parece. Respondí con los títulos, que los títulos no valían dentro de la cancha. Lo que uno hace dentro de la cancha en el momento es según cómo se prepara”, explicó el miércoles, más en frío.
Pero sus dichos ya encendían la revancha. Estos le valieron, incluso, reproches nacionales. “A mí no se me ocurriría decir algo así. Eso es de soberbio, de prácticamente tener dos neuronas. Un jugador no puede decir eso, incita a la violencia que exacerba a la hinchada rival. Y los chilenos, somos más odiosos en estos días por ese tipo de declaraciones”, declaró Leonardo Véliz, histórico de Colo Colo.
Este martes, cuando saltaron los equipos a la cancha, Vidal recibió una sonora silbatina en Núñez. El mediocampista, fiel a su estilo, decidió responder. Ahora no fue con palabras, sino gestos. El Rey, que en la antesala posó con una camiseta de Boca Juniors que le regaló Gary Medel, se llevó sus manos a los oídos y luego pidió que pifiaran más fuerte. “Me gusta jugar con estadios en contra. Eso me hace crecer mucho más. Por eso me tengo tanta confianza”, expresaba el fin de semana.