Fraude, manipulación y sustracción. Esos son los nuevos adjetivos con los que Arturo Vidal reforzó hoy la ofensiva judicial hacia su primo y ex hombre de confianza, Carlos Albornoz, contra quién se querelló por los delitos de “administración desleal” y “celebración de contrato simulado” el 21 de abril pasado.
Todo se da en medio de una verdadera tormenta judicial para Vidal. Junto a la querella de abril, el seleccionado enfrenta otro flanco con la indagatoria por estafa y lavado de dinero que lleva adelante la Fiscalía Regional de Coquimbo por la compra de un terreno en la zona y en la que también se indaga el rol de Albornoz.
En la acción judicial de abril, el futbolista acusó a Carlos Albornoz de quedarse con una propiedad que pertenecía a Inversiones Vidal II Spa y que era parte del proyecto del Club Chicureo, club deportivo que compró en Colina en 2014 con instalaciones de primer nivel.
Además, el “King” denunció a la justicia que, sin su consentimiento, se pidieron millonarios préstamos a nombre de sus empresas y que esos dineros fueron a parar a las arcas de Manufacturas de Productos de Aluminio y Otros (MPAL), compañía vinculada a sus mismos primos Carlos y Víctor Hugo Albornoz Pardo.
Pero hoy, mediante una ampliación de querella ante el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago, el futbolista profundizó en los antecedentes que ha descubierto sobre el supuesto fraude que habrían urdido a sus espaldas tanto Carlos como Víctor Hugo.
En el nuevo libelo, el “Rey” afina la puntería y pide que se investigue a Carlos Albornoz por cuatro delitos, sumando los de “negociación incompatible” y “obtención fraudulenta de créditos”. Para ello, da cifras exactas sobre el uso de recursos para el pago de deudas que MPAL tenía con compañías de factoring.
“Uno de los créditos que llama la atención es el que se solicitó al Banco Santander por la suma no menor de $1.500.000.000. De ese crédito hipotecario, en que el aval fue Arturo Vidal sin tener conocimiento alguno de los verdaderos fines del préstamo, la suma de $770.000.000 fueron destinados al Factory ‘Primus’, en pago de una deuda de MPAL, sociedad de la cual es representante legal Víctor Albornoz. Todo esto consta en cartolas bancarias”, se lee en el recurso judicial.
Buena parte de los nuevos antecedentes se basan en la denuncia que hace unos días presentó en Fiscalía un nuevo testigo clave: un ex ayudante contable que trabajó desde 2014 en la empresa Área 23, firma del mismo Vidal que administra el Club Chicureo. El denunciante, cuyo nombre no es revelado, dice haber visto una serie de irregularidades en la administración y manejo de los dineros por parte de los hermanos Albornoz.
En el texto, se señala que el ayudante contable expresó ante la Fiscalía “que se emitieron boletas y facturas por asesorías que nunca fueron prestadas, es decir, los servicios jamás fueron ejecutados y este era el modo para granjearse de dinero”.
Junto con el pagó a empresa de factoring, la querella apunta a “transferencias por sumas altísimas a la sociedad Human Talent, sociedad de recursos humanos cuyo socio es Carlos Albornoz, Víctor Albornoz, Marcelo Henríquez y Loreto Villanueva, esta última, cónyuge de Carlos Albornoz”. Sobre este punto no se dan cifras exactas.
Marcelo Henríquez Pardo, sobrino de los hermanos Albornoz, ya había sido apuntado por el seleccionado chileno en su acusación de abril pasado. Allí expresó que sin su autorización “Henríquez asumió de facto funciones de dirección del Club (Chicureo)” y lo hizo en parte responsable de desórdenes administrativos, como por ejemplo, deudas de cotizaciones con los trabajadores.
En la nueva querella, se expone que Henríquez Pardo es en verdad “gerente de finanzas de MPAL y socio de Víctor Albornoz en otras sociedades”, y que por su gestión en la solicitud de los millonarios créditos bancarios “se le pagó una suma desproporcionada ascendiente a $31.000.000″.
Junto a todo lo anterior, Arturo Vidal indica que “se tomó conocimiento, además, que el año 2018 se cambió el sistema de contabilidad bajo el supuesto que se perdió la información contable existente, lo que a la luz de los antecedentes denunciados por el contador, resulta absolutamente sospechoso”.