Horas frenéticas son las que ha vivido Arturo Vidal durante los últimos días. El seleccionado chileno busca definir cuál será su futuro profesional y en menos de 24 horas, se le cerró una puerta y se le abrió la que más quería: la de Colo Colo.
Es que cuando todo parecía que su próximo destino sería América de Cali, el cuadro colombiano decidió invertir ese dinero en intentar convencer a Ricardo Gareca para que sea su entrenador. El nacido en San Joaquín no tuvo tiempo para ponerse triste, pues recibió el llamado del presidente de la concesionaria que maneja los destinos del Cacique, Alfredo Stöhwing.
“Ayer (lunes) hablé con él un rato y ahora comenzamos a conversar bien”, revela el volante. Y luego agrega sin reservas: “Ojalá, Dios quiera, se llegue a un acuerdo y vamos para adelante”. Negociaciones que avanzaron a pasos agigantados, luego que el directorio de Blanco y Negro aprobara por unanimidad que se buscara el retorno del King.
Vidal sabe que una de las aprensiones que tuvieron los mandamases de la sociedad anónima blanca fue la grave lesión que sufrió en una rodilla en septiembre pasado y su avanzada edad (36 años).
Por lo mismo, exige que “no hablen más de mi edad ni mis lesiones. Si vuelvo a Colo Colo es por que estoy en un buen nivel. No vuelvo por que estoy lesionado, vuelvo porque quiero colocar a Colo Colo donde se merece en Sudamérica y dejar una buena imagen”.
Pero no es lo único, porque fiel a su estilo el bicampeón de América lanza un frase que más de alguna roncha sacará entre sus colegas. “No me comparen más con los que vuelven a Chile, porque no vuelvo a retirarme. Vuelvo a ganar cosas con Colo Colo, si es que se da”, enfatiza.
Eso sí, no da nombres ni ahonda en la polémica, ya que, según cuenta, la jornada de este martes vivió uno de los momentos más esperados desde que tuvo que salir en ambulancia del estadio Monumental. “Estoy más feliz que la chu…. Me voy muy feliz, porque me demoré cuatro meses en volver a jugar un partido y se logró (en Juan Pinto Durán con la Sub 23)”, concluye.