El Barcelona no lo pasó bien en el cierre de la liga española. Apenas logró un empate 2-2 frente al Eibar en el último partido de un torneo que había ganado anticipadamente. Lo único rescatable del encuentro, al menos para el equipo culé es que a esa corona el equipo de Ernesto Valverde agrega el honor de consagrar a Lionel Messi como el Pichichi de la temporada, con 36 goles. En esa situación también medió el aporte de Arturo Vidal, quien asistió al argentino para que marcara el primero de los goles blaugranas.
Marc Cucurella abrió la cuenta para el equipo local en los 20'. Pero Messi demoró exactamente un par de minutos en revertir el marcador. La Pulga marcó consecutivamente en los 31' y los 32'. En el primero de los tantos, después del abastecimiento del volante chileno, que jugó los noventa minutos en una fórmula de medicampo que también integraron Sergio Busquets e Ivan Rakitic.
Vidal agregó a esa participación ofensiva su habitual despliegue en la recuperación del balón y volvió a ratificar el nuevo estatus que tiene en el equipo culé, donde, sobre el final de la temporada, terminó adueñándose de la titularidad y convenciendo a buena parte de los fanáticos del equipo de la Ciudad Condal de su aporte en una escuadra plagada de estrellas.
Pablo de Blassis en los 45' cerró la igualdad. En el segundo tiempo, el Eibar adelantó sus líneas y generó algunas complicaciones a Cillessen. Fue en esos momentos en que Fabián Orellana adquirió mayor protagonismo y generó un par de ocasiones de gol que no fueron aprovechadas. Al termino del partido, ambos valores nacionales, compañeros en la Roja, se saludaron afectuosamente y salieron abrazados de la cancha.
El resultado se ajustó, finalmente, a lo que sucedió dentro del campo. El Barcelona espera la disputa de la Copa del Rey ante el Valencia y el Eibar cumple con el objetivo de quedarse en la primera categoría, aunque sin poder insertarse en las competencias continentales.