El tercer tropiezo consecutivo del Barcelona, el empate en casa ante el Athletic (1-1), dejó malparado a Vidal, que asomaba por segunda vez en liga en el equipo titular (en el anterior, ante el Girona, su equipo también cedió un empate en casa). El chileno cerró muy bien a Williams en un lance que el bilbaíno ya había regateado a Ter Stegen y regaló un pase magistral a Luis Suárez, pero, además de defender con la mirada la jugada del gol del Athletic, exhibió un estilo de juego antagonista al clásico azulgrana en el centro del campo. Y eso es lo que el Camp Nou y buena parte de la prensa en sus crónicas le recrimina. Mientras Vidal estuvo en el campo, el Barcelona fue un desastre; cuando se fue, todo mejoró. Aunque claro, porque el que entró en su lugar fue Messi, cuya suplencia fue la crítica mayor que tuvo que soportar el entrenador. Aunque varios advirtieron que Rakitic se merecía más el cambio que Vidal, este no escapó a los reproches. Algunos durísimos.
El más enérgico fue el de Jorge D'Alessandro, ex jugador y entrenador argentino, uno de los principales analistas de El Chiringuito de Jugones, el programa deportivo de moda en la televisión española, el de más audiencia. "A VIDAL... no puede jugar... no da la talla... .... Del 10 al 16' un drama",llegó a escribir durante su narración del partido. Y añadió más tarde: "A VIDAL ... por favor : NO SABE DONDE ESTÁ !!! ... cuanto MÁS CORRE MÁS DESORDEN y descontrol en el MEDIO CAMPO .... qué caos".
El diario El Mundo le atizó también en su crónica del partido: "Si no hace tanto la medular era el orgullo de un Barcelona que tenía claro donde debían nacer sus éxitos, la zona ancha es ahora un pozo donde derramar las lágrimas. Arturo Vidal se empeña en quedar bien y llegó a dejar solo a Luis Suárez contra un acertado Unai Simón, pero tiene un problema capital: es incapaz de dar fluidez al juego. Cuando al chileno le tocó volver al banco para permitir el ingreso de Messi, no pudo evitar el murmullo".
El segundo periódico de más tirada en España también le recriminó su desidia en el gol en contra: "El mismo murmullo que recorrió el Camp Nou con el tanto inaugural del Athletic. Una acción que desveló muchos de los males que asfixian a este Barcelona. Dembélé y Raúl García quedaron tendidos en el suelo tras un encontronazo. Y los futbolistas azulgranas entraron en un estado catatónico. Arturo Vidal decidió que debía defender a Susaeta, propietario entonces de la pelota, a 10 metros de distancia. Piqué, lejos de acompañar a sus compañeros en la línea del fuera de juego, quedó hundido en la retaguardia. Sergi Roberto no atendió a su espalda, por donde se colaba De Marcos. Sí, el lateral derecho, sin que Jordi Alba, Rakitic o Coutinho atendieran a su presencia. El gol del carrilero sólo podía ser la consecuencia a semejante esperpento".
El País es más suave con Vidal, pero sí ubica en su salida del campo la mejoría del Barcelona: "Hasta que salió Messi y el equipo se corrigió para recobrar su personalidad, esa que explica que el balón es un amigo y que al fútbol se juega para marcar un gol más que el rival". Y ya sí le nombró para explicar el contra estilo que representa su inclusión en la medular: "Porque Rakitic y Vidal aportan músculo y recorrido, pero no toque y distribución. Toda una bofetada al axioma de que el fútbol es de los medios".
En Barcelona no se quedaron atrás en sus dardos hacia Arturo. "El stajanovismo bilbaíno opacó el juego azulgrana en un primer tiempo del que salieron tocados Arturo Vidal y Dembelé. Ambos ofrecieron pocas soluciones a Coutinho y Suárez, los únicos creyentes del día", relató en su análisis del partido el diario la Vanguardia.
El diario deportivo Sport escribió: "No marcó diferencias en la zona ancha, concretamente por banda derecha. El chileno entró poco en juego y no pudo darle continuidad debido a la presión ejercida por el Athletic. Se le sigue esperando. Fue sustituido por Messi en el minuto 55". Y Mundo Deportivo, bajo el título "Inadaptado", le reconoció virtudes, pero también incidió en los pecados de su estilo para el Barcelona: "Dejó su huella con una gran asistencia que Luis Suárez desaprovechó y con varios balones robados con su espíritu combativo, pero con 0-1 el partido pedía un toque que no tiene".