Arturo Vidal llegó al Barcelona casi con la misión de torcerle la mano al destino. De ser figura estelar en todos los equipos a los que defendió anteriormente, el Rey pasó a un desconocido rol secundario en el equipo de la Ciudad Condal, cuyo reparto tiene otros protagonistas. El volante chileno alcanzó a inquietarse. Incluso, despotricó a través de las redes sociales. Sin embargo, lentamente se impone. En la cancha, donde debe. Y ahora se llena de elogios.
Ya lo habían aplaudido después de duelo ante el PSV, por la Champions League. Ayer, en el partido frente al Villarreal, por la liga española, Vidal volvió a regalar generosidad y hasta se transformó en un virtual centrodelantero cuando la escuadra de Valverde necesitó volumen ofensivo. El portero Sergio Asenjo evitó un gol que hubiese resultado consagratorio. Igualmente, las alabanzas sobran.
"El chileno fue el jugador con más carácter del Barça-Villarreal", consigna Mundo Deportivo para referirse a su actuación frente al Submarino Amarillo, además de destacar la ovación del Camp Nou al esfuerzo del oriundo de San Joaquín. "Poco a poco, Arturo Vidal se está ganando al Camp Nou por las ganas que transmite. El chileno volvió a jugar de titular pese a las molestias que le surgieron tras el partido en Eindhoven y en los 69 minutos que estuvo en el campo exhibió intensidad y capacidad de llegada, merodeando zonas de remate con su instinto. La afición le premió su esfuerzo con una ovación cuando Ernesto Valverde le relevó en el minuto 69 por Carles Aleñá. Vidal agradeció el aplauso", resume.
Sport le dedica una columna a la actuación del mediocampista nacional. Elogiosa también, por cierto. "El chileno puso fuerza y garra en un centro del campo que aunque no logró imponer su juego al 100% como mínimo evitó los sustos que dio el equipo ante el PSV. Además con sus amenazas de llegada arrastraba defensores", destaca.
Y después relata las ganas de seguir en la cancha que tenía Vidal, que explican el enojo que expresó al salir del campo, que pasó rápidamente con la contención de Valverde. "Su mejor gesto fue cuando le llamó Ernesto Valverde para que dejara su sitio a Aleñá en el terreno de juego en el minuto 70. Arturo puso mala cara y se lamentó, pero esta vez no fue para enfadarse con el técnico blaugrana sino porque seguía con muchas, muchas ganas de seguir haciéndolo bien y le dolió dejar el campo. Además al pasar al lado de Valverde le guiñó el ojo y se sentó en el banquillo. Una gran manera de zanjar una polémica y de dejar ver que es todo garra en el campo pero ha logrado calmarse fuera de él y está más que enchufado", añade.