El periódico británico The Sun realizó una publicación en la que asegura que Dave Ibbotson, el piloto del avión desaparecido en el Canal de la Mancha mientras transportaba a Emiliano Sala, no contaba con los permisos necesarios para completar el viaje.

Según lo publicado por el mismo medio, Ibbotson, de 59 años, no tenía una licencia comercial y además acumulaba una deuda por cerca de 23.000 dólares.

Así mismo, destacan que su principal trabajo se basaba en trabajos de gasfitería y como DJ en una discoteca. Gracias a estos ingresos lograba financiar su pasión por los aviones, los cuales utilizaba para llevar a paracaidistas en viajes de corta duración.

Un amigo de Ibbotson le dijo al diario que "Dave era mejor gásfiter que piloto. En realidad nunca lo consideramos realmente un piloto, él era solo el hombre que controlaba el avión cuando subían los paracaidistas".