Helmut Marko es un personaje en la Fórmula Uno. El ex piloto es asesor del equipo Red Bull hace años y en esa función le propuso al equipo austríaco una idea muy particular para tener a los deportistas con salud el día que vuelvan las competencias tuerca en el mundo.
El asesor se comunicó con los encargados de Red Bull para proponerle un “campamento coronavirus” donde juntar a todos los pilotos bajo el alero de la escudería, es decir, no solo los de F1, Max Verstappen y Alex Albon, sino también todos los testers y los pilotos de las escuelas y categorías menores. Una veintena de deportistas.
La idea en ese lugar apartado es inocularlos con el coronavirus, para que desarrollen el Covid-19 en condiciones seguras y no arriesgarse a que estén enfermos cuando haya que volver a las carreras. “Son jóvenes y sanos, así que no tendrán problemas en superar la enfermedad”, dijo Marko cuando se le consultó si era cierta tal idea.
El mismo exdeportista, de 76 años, había asegurado hace unos días que ya en febrero él mismo había tenido coronavirus, conclusión a la que llegó al saber los síntomas, por lo que, declaró, el mal “no es tan grave”. Ya hace unos días había dicho a un diario de su país que Verstappen había reaccionado “aterrorizado” cuando le propuso por teléfono que era buena idea que se enfermara ahora para quedar inmunizado.