Así se vivió el Superclásico jurídico en los vestuarios de Colo Colo y la U
La aparente calma de los azules contrastó con la desatada furia de los albos, en las semanas dónde el Tribunal de Disciplina resolvió la suerte de ambos en el Campeonato Chileno.
Fueron días llenos de tensión. El Campeonato Chileno no sólo se estaba definiendo en la cancha, también lo hacía en las oficinas del Tribunal de Disciplina de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP).
Tras el informe del árbitro Héctor Jona y la participación activa de Universidad de Chile, la instancia jurídica evaluó si el técnico de los albos -Jorge Almirón- había dado órdenes a la banca en el compromiso ante Huachipato, pese a estar suspendido por su expulsión ante Universidad Católica.
Su decisión favoreció al Cacique, pero el hecho -que de haber ocurrido- se cataloga como desacato tenía varias penas: multa económica para la institución involucrada, aumentar al doble la suspensión del juzgado y la resta de puntos conseguidos en el choque dónde se cometió la falta.
Y esto último era lo trascendental. El cuadro de Macul lidera la tabla con 66 unidades y los estudiantiles lo siguen con 64 puntos, por lo que -si había sanción- se invertía el orden en el escalafón a falta de sólo una fecha para que concluya el torneo.
Algo que en el vestuario del estadio Monumental dolió. Tras caer eliminados ante River Plate en los cuartos de final de la Copa Libertadores, los jugadores se juramentaron que iban a volver al torneo internacional como campeones de la justa local.
Sabían que la tarea no era fácil. No dependían de sí mismos y estaban a 10 cuerpos de sus archirrivales. Pero la derrota de los dirigidos por Gustavo Álvarez en Iquique y la notable racha de los discípulos de Almirón, ganaron sus cuatro partidos regulares y los tres que tenían pendientes, le entregaron la punta y la posibilidad de estar a 90 minutos de una nueva estrella.
La molestia del Cacique
Los ánimos en Macul ya estaban caldeados con el ‘caso Palacios’. El volante abandonó la concentración de la Roja en la pasada fecha eliminatoria por “problemas personales” y la ANFP le impidió jugar ante Unión La Calera.
Algo que para la dirigencia, cuerpo técnico y jugadores era inentendible, ya que daban por sentado que el cuerpo técnico de la Selección, que encabeza Ricardo Gareca, había autorizado su salida por lo que nada le impedía presentarse ante los cementeros.
Por lo mismo, cuando se enteraron que Jona informó -aunque no lo vio- que su coordinador, Víctor Vidal, estaba en la zona de exclusión sin la autorización pertinente y que Universidad de Chile también los demandaría para que les restaran los puntos, ardió el recinto albo. Sentían que los estaban persiguiendo.
Fue tanto el enojo de los futbolistas que Almirón optó por la libre expresión. “No toqué el tema con los jugadores. Te lo juro. No lo he tocado. No hablamos de eso. Cada uno se manifiesta como quiere y dice lo que piensa... Cada uno es dueño de expresarse como quiere y siempre me mantuve al margen de eso”, reveló el DT cuando El Deportivo le preguntó por el tema.
Y no se guardaron nada. Cada uno de los consultados disparó contra los representantes azules y ridiculizaron las palabras que salían de La Cisterna. Ejemplo de ello, fue Maximiliano Falcón.
El uruguayo declaró que “me daría vergüenza ganar un título por secretaría, más siendo un equipo grande, prefiero jugar el partido y ganar”. Y luego parafraseó una de las consignas de la U en este caso y sentenció: “Me da risa. Los campeonatos se ganan en los partidos. Las reglas están para cumplirlas, pero no hay ninguna prueba de nada”.
Finalmente, el pasado miércoles y tras oficializarse la decisión del Tribunal de no restarle unidades al líder, porque “no existieron en la causa antecedentes probatorios, completos y contundentes, que ameritaran imponer las sanciones contempladas, todo el plantel compartió un almuerzo de camaradería.
“Estamos más unidos que nunca. A nada de salir campeón de todo un año, de tanto esfuerzo, así que estamos todos felices”, contó Arturo Vidal. El mismo que semanas antes dijo que “en la U estaban calladitos cuando eran punteros” y trató de “sapitos” a los dirigentes acereros. El mismo también que protagonizó un escándalo en la madrugada del lunes y que hoy se investiga en la Fiscalía Oriente.
Orden de no involucrarse
Mientras los mísiles blancos caían casi a diario, en el Centro Deportivo Azul había una orden clara: no involucrarse en el tema. El propio Michael Clark habló con los jugadores y el cuerpo técnico para detallarles la acciones a seguir y pedirles que dejaran en manos del abogado José Ramón Correa la exposición pública.
La idea del máximo dirigente de Azul Azul era blindar al primer equipo para mantuvieran la concentración hasta el final de la competencia, pues temía que un enfrentamiento público entre ambas trincheras los haría perder el foco en los deportivo y de nada serviría que ellos presentaran sus argumentos en la sede de Quilín.
Además, fueron los ejecutivos los que crearon el lema que se utilizó en La Cisterna durante todos estos último días, “las reglas están para cumplirse”, y reforzaron la idea con una historia olímpica. “En los Juegos de Seúl de 1988, el récord del mundo lo batió Ben Johnson, pero la medalla se la llevó Carl Lewis y la razón de ello es que el primero fue sancionado por doping”, narró Correa.
Y pese a que la orden se cumplió a cabalidad, en la interna, la plantilla estudiantil reconoció que los dichos de sus colegas de blanco, sobre todos los de Vidal, molestaron. Pero prefirieron responderlos con indiferencia.
“Nos enfocamos en lo que tenemos que hacer, sacándonos la mugre en cada entrenamiento y mostrarlo dentro de la cancha. Lo que hablen los demás no me interesa”, soltó primero Gabriel Castellón y cuando los hechos estaban consumados, Marcelo Díaz dio la cara.
“El campeonato a mi juicio no se está viendo empañado, porque estamos llegando a la última fecha ambos equipos peleando el torneo, teniendo un gran año y en ningún momento hemos hablado ni de nosotros mal, ni de los rivales mal, entonces yo valoro muchísimo lo que hemos hecho este año, los dos equipos”, sostuvo el capitán de Universidad de Chile.
Luego, de manera sutil, lanzó la única bomba académica. “En la U en ningún momento hemos dado que hablar en cosas extra futbolística, no es lo nuestro, no nos vamos a contagiar de esas cosas”, concluyó.
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