El Atlético Madrid se impuso 2-3 al Barcelona y se instaló en la final de la Supercopa de España, que se disputa en Jeddah, Arabia Saudita. El conjunto colchonero fue ampliamente sometido por su rival, sin embargo golpeó en los momentos precisos para imponerse y quedarse con los boletos para la definición del campeonato.
El equipo de Diego Simeone opuso una tenaz resistencia al Barça, que manejó las acciones prácticamente de principio a fin. La paridad sin goles al descanso, de hecho, no era un buen reflejo de lo que realmente acontecía en el campo de juego, con un cuadro culé instalado en campo contrario y casi sin permitir que su adversario cruzara la mitad de la cancha.
Por lo mismo, sorprendió la apertura de la cuenta, que favoreció a los de Madrid en la primera acción del complemento, cuando el recién ingresado Koke doblegó la resistencia del brasileño Neto y cambió el encuentro. La superioridad del Barcelona, eso sí, no disminuyó con la desventaja y, gracias a los goles de Messi (51') y Griezmann (62'), lograron revertir el encuentro.
Parecía una faena tranquila para Vidal y sus compañeros, sin embargo la disciplina táctica del Atlético pudo más. Tras una serie de polémicas, con dos goles para el Barça anulados mediante la utilización del VAR, una carrera ofensiva colchonera que parecía intrascendente terminó en penal y en el posterior empate, que hizo que los minutos finales ganaran en tensión y emociones.
Una nueva escapada en ataque después de una pérdida de balón en la salida catalana propició una inmejorable ocasión para Ángel Correa, que no desaprovechó su chance y marcó para sentenciar el compromiso, desatando la algarabía de los aficionados.
El Rey, en tanto, pese a la caída, aportó despliegue y presencia física. Ayudó activamente en la recuperación, defendió con intensidad y atacó con inteligencia. Pisó las dos áreas, como suele hacer, y siempre dio una mano a quien lo necesitó, aprovechando las libertades que le otorga Valverde para aparecer indistintamente en la banda y en el centro. Fue titular y se mantuvo en la cancha durante los 90 minutos, sin embargo no pudo hacer más para evitar la caída.
El Barcelona dominó ampliamente, pero la historia dirá que fue el Atlético de Madrid el ganador de la llave, por lo que jugará la final del torneo enfrentándose al Real Madrid, en una nueva versión del derby español. La corona se dirime el próximo domingo, a las 15.00 de Chile.