Antoine Griezmann será el protagonista de una de las principales teleseries del verano europeo. El delantero está en la carpeta del Barcelona, que está dispuesto a pagar 100 millones de euros por el ariete francés, para juntarlo con Lionel Messi y Luis Suárez y así potenciar aún más la ofensiva azulgrana. La cifra podría ser aún mayor, de acuerdo a las versiones de la prensa española, que aseguran que el cuadro colchonero podría subir el precio de su jugador estrella ante el explícito interés culé.
Y es que en Barcelona han disimulado poco su deseo de contar el galo. El propio presidente Josep María Bartomeu ha explicitado su anhelo y hasta reconoció contactos con el agente del futbolista. Eso mismo generó la molestia del equipo de Madrid que, durante esta jornada, se quejó públicamente.
"Estamos hartos de la actitud del Barcelona", expresó Miguel Ángel Gil Marín, consejero delegado del equipo que adiestra Diego Simeone. "Que un presidente, jugadores y directivos del mismo club hablen de la forma en la que lo hacen del futuro de un jugador con contrato en vigor y a pocos días de jugar una final de competición europea me parece una absoluta falta de respeto hacia el Atlético de Madrid y hacia todos sus aficionados", agregó el directivo en un comunicado publicado en el sitio oficial del club.
"Le hice ver a Bartomeu que su conducta inapropiada era contraria a la integridad de la competición, puesto que durante la temporada hemos estado compitiendo por el título de Liga y el Barcelona ha estado permanentemente presionando a uno de los jugadores más relevantes de nuestro equipo", sentenció.
Y aunque el futuro del francés no está sentenciado, los medios hispanos aseguran que la operación tiene una alta probabilidad de concretarse. De hecho, dicen, Simeone ya trabaja en la búsqueda de un reemplazo. En ese sentido, el apuntado sería el uruguayo Edinson Cavani, que podría dejar el PSG para trasladarse hasta la capital española.