Australia se encamina a un fracaso histórico en el Mundial de rugby. Luego del batacazo que significó la derrota ante Fiji, este domingo los Wallabies sucumbieron ante Gales y ya no dependen de si mismos para clasificar a la segunda fase del certamen planetario.

Los dirigidos por Warren Gatland tuvieron una labor efectiva para forzar los errores del cuadro oceánico. El marcador final fue de 40-6 para los europeos. Un resultado expresivo que da cuenta de la crisis de uno de los elencos que suele llegar como favorito a la máxima competencia de la ovalada.

Australia, eso sí, mantiene chances mínimas para clasificar. Debe ganar, y con puntos bonus, a Portugal y esperar que Fiji, su verdugo en la jornada inicial, pierda ante Georgia y Portugal. Cualquier combinación diferente dejará a los Wallabies fuera en primera ronda, algo que no les ha sucedido nunca antes en su historia.

Australia se aferra a la calculadora. Foto: AP

Luego del tropiezo australiano, el head coach Eddie Jones asumió la completa responsabilidad de los malos resultados. “Tengo un contrato, pero obviamente al final del Mundial harán una revisión de mi desempeño y en este momento no es lo suficientemente bien”, reconoce.

“Todo depende de mí, asumo toda la responsabilidad. Mi entrenamiento no ha sido lo suficientemente bueno. No necesito preocuparme por el futuro, sólo necesito preocuparme por el partido contra Portugal”, agregó, a modo de autocritica.

En esa línea, el entrenador sostiene que lucharán por mantener sus chances en lo qe resta de fase inicial en Francia. “Australia siempre ha sido una situación de altibajos y estamos pasando por un período realmente malo en este momento y sólo tenemos que luchar para salir de él. La oportunidad está ahí para hacerlo”, dijo.

Sigue en El Deportivo