La definición del grupo D de la Eurocopa obligó a mantener encendidos dos monitores. Emoción había para regalar. Por un lado, Austria conseguía la hazaña y vencía a Países Bajos para quedarse con el lote. Por otro, Francia, amplio favorito, terminaba sufriendo ante Polonia, con el que igualó 1-1. Esos resultados permitieron que el equipo dirigido por Ralf Rangnick acumulara seis puntos, uno más que el de Didier Deschamps. Los naranjas se quedaron con cuatro y serán uno de los mejores terceros.
Un autogol de Donyell Malen, en los 6′, fue la primera señal de una jornada feliz para los austriacos. De hecho, hasta el cierre de la primera etapa, lograban controlar con solvencia a sus rivales y mantenían la ventaja.
Angustia por todos lados
El segundo lapso ofreció emociones paralelas. Por un lado, Países Bajos logró la igualdad, a través de Cody Gakpo, apenas reiniciado el partido, en los 47′. Austria reaccionó tardó poco en retomar la ventaja. En los 59′, marcó Romano Schmid.
En el otro duelo, el enmascarado Kylian Mbappé se paraba detrás del disco que señala la zona de ejecución de los lanzamientos penales y batía a Lukasz Skorupski, en los 56′, lo que respondía al favoritismo que generaban Les Bleus, más allá de que en el plano futbolístico la superioridad no resultaba tan evidente. Lo que sí se ratificaba, al menos hasta ahí, era que Francia se encaminaba a quedarse con el grupo, tal como las proyecciones iniciales apuntaban.
En los 75′ hubo un nuevo movimiento, que solo consiguió aumentar la emoción: Memphis Depay anotó el empate transitorio en el choque entre Países Bajos y Austria, con lo que otra vez había que ponerse a sacar cálculos. Cuatro minutos después, el otro encuentro aportó lo suyo: una sufrida ejecución de Lewandowski puso la igualdad. Antes de celebrar, eso sí, el delantero del Barcelona tuvo que sufrir: su lanzamiento inicial fue detenido por el meta galo, Mike Maignan. Sin embargo, el guardameta se había adelantado ostensiblemente, por lo que el disparo fue repetido. En la segunda oportunidad, el ex jugador del Bayern Múnich no perdonó y sentenció el 1-1 final en ese compromiso.
Hora de la hazaña
Casi en paralelo, Austria festejaba su hazaña. La concretaba su capitán, Marcel Sabitzer. En los 80′, el mediocampista del Borussia Dortmund despachó un disparo inatajable para Bart Verbruggen. Fue un violento impacto que se coló en el primer palo del guardameta naranja, a quien no le quedó más que resignarse a que el balón traspusiera la línea de sentencia.
Así, Países Bajos quedaba condenado al tercer lugar. Aunque es un hecho que avanzará de ronda como uno de los mejores terceros del certamen, lamentaba una derrota que no estaba en ningún plan. En Viena y en todas las ciudades austríacas, en tanto, comenzaba el carnaval. El equipo blanco y negro conseguía una victoria inolvidable y, principalmente, los tres puntos que le permitían seguir en la pelea por transformarse en el mejor equipo del Viejo Continente.