Victoria Azarenka (59ª) volvió a la gloria. La bielorrusa se quedó con el título del Masters 1.000 de Cincinnati, el primer torneo en el retorno tras la pausa por la pandemia. La final, sin embargo, no se disputó. Naomi Osaka (10ª) se retiró por una lesión en los tendones de su pierna izquierda.

La japonesa, que lideró las protestas en el tenis por asuntos raciales en Estados Unidos, lamentó su retiro y dijo que le sucedió en su semifinal ante Elise Mertens (22ª). “Tiré mis tendones de la pierna izquierda en el tie break del segundo set y no se recuperó durante la noche, como esperaba. Ha sido una semana emocional y quisiera agradecer a todos por su gran apoyo”, expresó en un comunicado publicado por la WTA.

Por su parte, Azarenka gana su primer título desde abril del 2016, cuando celebró en el Masters 1.000 de Miami. A la bielorrusa le viene bien Estados Unidos, pues antes de Cincinnati pasó 15 meses sin ganar un partido.

Fue un torneo ideal para la ex número uno del mundo, cetro que obtuvo entre 2012 y 2013. Aunque no pudo disputar la final, Azarenka logró buen nivel en un torneo que para ella signifió el cierre de una etapa complicada sin victorias y con lesiones que la alejaron mucho tiempo de las canchas. La pausa le vino bien para recuperarse, pues en Cincinnati solamente cedió un set y fue recién en la semifinal, ante la británica Johanna Konta (15ª).

Es la 21ª corona que se prueba Azarenka, que saca un balance positivo del primer torneo tras la pausa por la pandemia. Poco tiempo para celebrar, pues el martes tendrá que jugar ante la austriaca Barbara Haas (139ª) en su estreno por el US Open. Naomi Osaka, en tanto, se deberá recuperar para llegar bien a su debut, el lunes ante su compatriota Misaki Doi (78ª).