El Deportivo

Bajos sueldos y cursos exprés: zoom a la precaria preparación de los guardias del fútbol chileno

Los serios incidentes ocurridos en el Monumental, que terminó con la invasión de los hinchas a la cancha, puso nuevamente la atención sobre los guardias privados. Una básica preparación y bajos sueldos marcan la precariedad de una actividad que busca reformularse.

Zoom a la precaria preparación de los guardias del fútbol chileno. Foto: Photosport.

Una tragedia y una serie de violentos hechos han empañado al fútbol nacional. El partido entre Colo Colo y Fortaleza, válido por la Copa Libertadores, estuvo marcado por incidentes delictivos, que terminaron con dos fanáticos albos fallecidos en las inmediaciones del estadio Monumental.

Una desgracia que es la representación de un problema sistemático que tuvo consecuencias. El lunes, a primera hora, el ministro de Seguridad Pública Luis Cordero anunciaba el fin de Estadio Seguro. “Como plan, en su diseño y en su estructura, ha fracasado”, admitió.

El encargado de la nueva cartera sostuvo diferentes reuniones durante los últimos días. Una de ellas con Pablo Milad, el presidente de la ANFP. Dentro de los distintos temas, en más de una oportunidad, se ha tratado la poca preparación de los guardias que resguardan los partidos de fútbol. En la invasión de los hinchas del Cacique a la cancha del Monumental, ni siquiera la instrucción del encargado de Seguridad, René Mena, sirvió para frenar a los forofos. ¿La razón? El personal encargado de mantener el orden prefirió evitar posibles agresiones y se negaron a entrar en conflicto.

Formación precaria

Miguel Ángel Castro, coronel en retiro de Carabineros y exjefe de seguridad del departamento OS-9 de Crimen Organizado, se dedica actualmente a entregar asesoría en materia de seguridad y detalla la escasa formación que indica la normativa para formar guardias de estadio. “Es un curso muy básico, de solo 80 horas, tarda tres semanas aproximadamente. No hay que tener antecedentes, sí salud compatible. Antes era obligatorio ser chileno, pero ahora se modificó. Puede ser alguien extranjero, pero la única obligación es que sepa hablar el idioma”, señala.

“El curso entrega los conocimientos legales, procedimentales, de primeros auxilios y de emergencia. Son los cuatro ámbitos, que son muy básicos. En ellos está incluido la defensa personal también”, continúa.

También explica las problemáticas que existen en un rubro que está involucrado en violentas acciones y delitos. “El gran problema que tenemos nosotros es que no hay una seguridad estructurada. Se modificó la ley de seguridad privada y tiende a eso. Actualmente, no tenemos seguridad privada especializada. Hoy no hay un profesionalismo en los guardias. Ser guardia no es un oficio aspiracional, nadie aspira a ser guardia. Se hace circunstancialmente, por gente que no tiene empleo o habilidad para otras cosas”, indicó el exuniformado.

“La empresa de seguridad capta, te hacen el curso de tres semanas y luego pueden estar en diferentes ámbitos. Desde un supermercado, mall, empresa, un condominio o en eventos. Ese mismo guardia que trabaja en un condominio o custodiando un supermercado, el fin de semana va a un partido o un recital en la noche”, añadió.

Castro también especifica el sueldo que se puede percibir en un evento privado. “El dinero es por hora. Básicamente, un guardia puede ganar entre 20 y 40 mil pesos por un partido o por evento. Depende de la cantidad de horas. Muchos guardias tienen un trabajo estable y lo complementan. Hay una modalidad que es 4x4. Son 12 horas por cuatro días y su descanso lo utilizan para hacer servicios extraordinarios: eventos, recitales, partidos, congresos, festivales, etc.”, señala.

La falta de facultades es una complicación. “No es gente especializada. No hay ningún tipo de apoyo, de cámaras, de chaleco, de comunicaciones. Tampoco tienen resguardo legal. Si participa en algún hecho, el guardia es detenido. En términos legales, el guardia es un ciudadano básico, no tiene ninguna atribución más que otro ciudadano. Si al haber un conflicto una persona se va detenida y constata lesiones, el guardia puede ser detenido por agresión. No hay una especificación sobre lo que pueden realizar las empresas de seguridad o los guardias contratados”, comenta Castro.

“Los clubes más grandes como Colo Colo, Universidad de Chile, Católica, tienen un jefe de seguridad, pero solo de carácter administrativo. Es quien realiza los trámites administrativos para pedir los permisos, contrata a las empresas. Da un cumplimiento normativo, pero es complejo tratar con los grupos de barras. Ahí hay crimen organizado involucrado. Es muy difícil de tratar”, afirma.

El riesgo de los guardias

Actualmente, la seguridad privada es un elemento esencial en la realización de cualquier tipo de eventos, en este caso, deportivos. Desde 2013 que Carabineros no participa activamente del resguardo de los estadios. Hoy, son los guardias quienes deben realizar el procedimiento que garantice el desarrollo de los partidos. ¿El motivo principal? Que los encuentros son eventos privados, por lo que la institución policial actúa solo a modo de reacción y no de prevención.

Es por ello que el rol de la vigilancia privada es relevante. Sin embargo, los guardias no tienen las mismas facultades que los organismos policiales o de defensa. De hecho, muchas veces se ven sobrepasados.

El año pasado, en tanto, en la bochornosa Supercopa entre el Cacique y Huachipato. se vivieron episodios brutalmente violentos. El partido debió ser suspendido a falta de 12 minutos por jugar y recién se reanudó 276 días después. Ni los 509 guardias y 60 tácticos (los robocops) pudieron evitar lo que pasó.

En ese duelo, hubo una serie de funcionarios que terminaron con lesiones. Uno acabó con 17 puntos por una agresión que le ocasionó un corte en el cuero cabelludo. Otro de 41 años sufrió una contusión tras una agresión con objetos contundentes en su cabeza. Otro guardia sufrió una quemadura grado 2 por un ataque con un fuego de artificio. Tres ejemplos gravísimos de la violencia que se vive en los estadios.

No obstante, no solo los encuentros de alta convocatoria, catalogados como “Clase A” por parte del extinto Estadio Seguro por su peligrosidad, han sido un problema. El viernes 11 de abril, un día después del bochorno en Libertadores, ocurrió un escándalo en el estadio Lucio Fariña de Quillota: Paulo Garcés y Facundo Monteseirín (ambos de San Felipe) terminaron detenidos al protagonizar una agresión contra un guardia del recinto. El conflicto ocurrió luego de que el guardalíneas David Pizarro anulara el agónico empate para los albirrojos, que terminaron cayendo por 2-1 ante San Luis.

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