Nada menos que 81 jugadores nacieron fuera del país al cual defenderán en la Copa del Mundo. Hay de todos los casos y abundan quienes son hijos o nietos de inmigrantes que optaron por defender la patria de sus ancestros, caso notorio en el caso de los magrebíes nacidos en Francia, Holanda o España.
Están las superestrellas con historia conocida, como el hispano-brasileño Diego Costa, el croata Iván Rakitic o el anglo-jamaicano Raheem Sterling, quien llegó a los dos años a Londres desde su natal Kingston.
Hay otros que son simple casualidad, como sucede con el argentino Gonzalo Higuaín (30 años), nacido en Brest, Francia, cuando su padre, el zaguero Jorge Higuaín, defendía al club de la ciudad bretona. O lo mismo con el uruguayo Fernando Muslera (31), quien nació en Buenos Aires, pero a los ocho meses su padre decidió volver a trabajar a Montevideo.
Hay otras historias bastante más dramáticas, como acontece con el delantero Pione Sisto (23), quien nació en Kampala, Uganda, de forma circunstancial, pues sus padres emigraron desde Sudán, huyendo de la guerra de independencia de lo que hoy en Sudán del Sur (reconocido como estado independiente desde 2011).
Pione, cuyos apellidos son Ifolo Emirmija, tenía apenas dos meses cuando la familia logró obtener el estatus de refugiada en Dinamarca y estableció su residencia en Skive, pequeña ciudad donde Pione pasó parte de su infancia con sus siete hermanos; cuatro varones y tres mujeres. Hoy juega en el Celta de Vigo.
Caso aparte lo constituye Marruecos, que cuenta con 17 futbolistas nacidos fuera de su territorio: ocho en Fracia, cinco en Holanda, dos en España, uno en Canadá y otro en Bélgica. En este último caso, destaca Mehdi François Carcela-González (28), quien nació en Lieja, de padre español y madre marroquí. El volante llegó incluso a disputar dos amistosos por la selección belga (luego de haber disputado todas las categorías menores con los Diablos Rojos), pero en 2010 optó por defender los colores del país de su madre.
También se dan casos de división familiar, como ocurre con Thiago Alcántara (27) y Rafinha (25), ambos hijos de Mazinho, volante campeón del mundo con Brasil en Estados 1994. El primero será seleccionado de España, pese a haber nacido en San Pietro Vernotico, cuando su padre era volante del Lecce, mientras que Rafinha optó por Brasil, con los que obtuvo el oro olímpico en Río de Janeiro 2016. Ambos, en todo caso, se formaron en el Barcelona y defendieron a España en las selecciones menores.
Caso parecido es el de Steve Mandanda (33), nacido en Kinshasa (capital de la República Democrática del Congo), pero que decidió defender a Francia. Su caso es, además, excepcional, porque tiene tres hermanos y son todos arqueros profesionales. Parfait (28, del Girondins de Burdeos.) es quien representa el opuesto a Steve, pues nació en Nevers (Francia), pero decidió defender al Congo. Y lo mismo está a punto de suceder oficialmente con Riffi (25, portero del Ajaccio), quien ha sido convocado a la selección congolesa, pero aún no ha debutado, pese a haber custodiado el arco de Les Bleus en las divisiones menores. Cierra está dinastía el joven Over (19), también en el Girondins de Burdeos.
El japonés Gotoku Sakai representa otra situación especial: nació en Nueva York, pero de padre nipón y madre alemana. Gran parte de su carrera la ha desarrollado en el Stuttgart y el Hamburgo, en el que milita actualmente. Tiene doble nacionalidad, como la mayoría de los jugadores incluidos en este nota (ver lista).