Un grave hecho se vivió este domingo tras el triunfo de Magallanes sobre Universidad de Chile en el estadio Nicolás Chahuán de La Calera. Al término del encuentro, un grupo de barristas azules atacó a golpes y asaltó a uno de los integrantes de la Bandita del cuadro carabelero, lo que desató la indignación de los simpatizantes albicelestes, quienes responsabilizaron a la dirigencia por vender entradas a hinchas de la U.
Mediante un comunicado, la Bandita expresó su profundo malestar por la situación. “Al finalizar el encuentro, uno de nuestros integrantes sufrió una golpiza y el robo de sus pertenencias a la salida del estadio por un grupo de ‘hinchas’ del club rival”, comienza señalando el escrito en su cuenta de Instagram. Y agrega: “Posteriormente fue trasladado al Hospital de La Calera en donde fue examinado y posteriormente dado de alta para retornar a la ciudad de Santiago”.
“Condenamos con todas nuestras fuerzas la violencia que fuimos objeto, en donde la hinchada visitante ya ha sido sancionada por parte de la ANFP”, prosigue el escrito, aludiendo varios incidentes protagonizados por los barristas azules durante la temporada.
En cuanto a la responsabilidad de institucional, los simpatizantes de la Academia fueron claros. “Emplazamos a la S.A.D.P. del Club Magallanes, en donde le da prioridad a su bienestar económico por sobre los hinchas y se nos hace jugar de local fuera de la Región Metropolitana, en donde quedamos expuestos a este tipo de situaciones”, sostiene.
“Llamamos a la ANFP, Estadio Seguro y la S.A.D.P a que tomen las medidas correspondientes y que el fútbol vuelva a ser una fiesta familiar, al igual como somos los hinchas de la Academia”, cerró.
Público visitante
En un principio, Magallanes no iba a recibir con público visitante a Universidad de Chile. Sin embargo, a medida que se fue acercando el partido, la dirigencia carabelera hizo esfuerzos para que se permitiera la presencia de hinchas azules en el recinto calerano. De hecho, los forofos visitaron recibieron una mayor cantidad de entradas que el local (2.500 contra 1.500).
Durante el encuentro, no hubo mayores inconvenientes. Sin embargo, esto se ve empañado por la conducta de ese puñado de barristas a la salida del reducto.