Unión La Calera venía de convertir ocho goles en sus últimos dos partidos. Eso, claro, con Brian Fernández dentro del equipo y como pieza clave de ataque. Este sábado el argentino no pudo estar en el choque ante el cada vez más aproblemado Audax Italiano, por las complicaciones que sufrió el embarazo de su señora. El cuadro cementero lo resintió sobremanera y recién sobre el final del cotejo llegó el gol que lo mete en el tercer puesto del campeonato.

El cuadro que por ahora hace dueño de casa en Quillota ante la remodelación del Nicolás Chahuán, estuvo falto de ideas. Eso, sumado a un elenco itálico que no las ha tenido durante todo el campeonato, provocó que el partido careciera de jugadas de riesgo. Al final, un 1-0 que reflejó exactamente lo que pasó en la cancha. Ganó el que estuvo un poquito más fino en una de las pocas claras que se generó.

Lo concreto es que en el terreno del Lucio Fariña ninguno pareció sentirse cómodo. Ni La Calera, que su último recuerdo era el histórico 6-1 sobre la U, ni Audax, tan acostumbrado a las canchas sintéticas por la misma condición de su reducto.

Fue un partido que de lado y lado siempre parecía faltar la puntada final. Los de colonia, sin Sergi Santos, son un equipo demasiado predecible. Lento para las llegadas, soso a la hora de la elaboración. Da pelea, sí, pero a la hora de contener. En ofensiva tienen poca sorpresa. Y así es muy difícil salir del antepenúltimo puesto del campeonato.

El equipo calerano, dicho está, extrañó a Fernández, su hombre diferente. No es de extrañar que hasta aquí los seis duelos que habían ganado en el campeonato hubieran sido con él en cancha. Sin el argentino, los de Víctor Rivero pasan a ser un equipo mucho más del montón que el que se prendió en la pelea por los lugares de avanzada. Dato decidor y que por cierto, explica mucho de lo acaecido en Quillota.

Y es que hasta llegadas de peligro cuesta resumir. Gabriel Arias, el arquero del local, pudo hacer gala de los dotes que lo tienen como uno de los mejores porteros del campeonato a los 22 minutos, cuando estuvo enorme para contener. Pero fue eso y poco más por parte de Audax. Casi en al filo del descanso, Saavedra casi sorprendió a Peric.

Eso, más una atajada del propio Peric en el complemento, era casi lo único digno de contar, hasta la aparición de Barbieri a seis minutos del final. El oriundo de Chivilcoy, Argentina, logró el furioso grito de desahogo tras rematar de primera un centro desde la derecha. Fue el premio para un equipo que silenciosamente, a la espera de lo que hoy hagan Colo Colo y Universidad de Chile, se posiciona en el tercer lugar del torneo y se permite soñar. Lo de Audax ya es una calamidad: 15°, con siete puntos, los mismos que el colista Temuco.