Barbora Krejcikova (33°) es campeona en Roland Garros. Completa la mejor semana de su carrera con el trofeo Suzanne Lenglen entre sus brazos, algo impensado antes de que comenzara a jugarse sobre la tierra parisina. Llegó como actriz secundaria y se va con todos los focos sobre ella. Con 25 años consigue su primer Grand Slam tras vencer a Anastasia Pavlyuchenkova (32°) por 6-1, 2-6 y 6-4.
Pisaron la arcilla de la Philippe Chatrier nerviosas, debutantes. Ninguna de las dos había alcanzado las semifinales de un grande antes de este Roland Garros y en el arranque se sintió. Quiebres en contra y la sensación de que el partido no tenía dueña. Algo que cambió cuando Krejcikova comenzó a hacer daño con su revés. La rusa no encontró el valor para dar un paso en frente y Barbora lo aprovechó.
La checa sintió el picorcito de la instancia y arrasó en el primer parcial. Infalible con su servicio y agresiva cuando debía recibir, no dejó que Pavlyuchenkova ganase ningún juego de saque, cerrando el set con un contundente 6-1. Seis juegos seguidos para que Krejcikova celebrara ese primer asalto. El sueño de inscribir su nombre en la historia francesa estaba cerca, muy cerca.
Pero Anastasia estaba dispuesta a dar batalla. Con 29 años es una de las jugadoras que más experiencia tiene en el circuito y pese a que era su primera final, los 52 Grand Slam que había jugado previamente le ayudaban a tomar con más naturalidad ese mal arranque. Estaba tranquila, sabe que en el tenis las distancias parecen más largas de lo que son. Con esa mentalidad salió a jugar el segundo, y la rusa logró despertar.
El partido había cambiado en 180 grados. Cada punto que pasaba mostraba una brecha más grande entre las jugadoras. De la tónica del primer set, nada. Ahora todo era para Pavlyuchenkova, la primera rusa en llegar a la final de Roland Garros desde que Sharapova ganase el trofeo en 2014.
Iba 5-1 arriba en el segundo set, crecida, motivada. Todo parecía a su favor, pero nuevamente el destino se manifestó. Anastasia tuvo un dolor en su muslo izquierdo y tuvo que llamar al fisio. Estuvo varios minutos siendo atendida por los médicos y su rostro demostraba dolor. Salió a la cancha vendada y dolorida, pero con el set a un solo juego. Con valentía abrochó el 6-2.
Ya en el desenlace llegó el mejor momento del partido. Por fin las dos tenistas jugaban a tope y el partido era parejo en todos los sentidos. Cuando Pavlyuchenkova sacaba en el tres iguales quitó el freno y perdió en blanco un juego importantísimo. Barbora estuvo impecable y atacó cada servicio de la rusa, el golpe que más resintió su lesión en el muslo. Esa pequeña ventaja con la que llegó al 4-3 fue la llave. Las cosas del tenis... un 6-1 en el primer set no dice nada, un punto de diferencia en el tres iguales del tercero, puede serlo todo. Sufrió y celebró cuando confirmó el 6-4.
Primer grande para Krejcikova, quien logra cerrar unas semanas extraordinarias, donde venció a Svitolina, Stephens y Coco Gauff. Tras jugar cinco grandes, levanta su primero. Es campeona, pero está incrédula, con el paso de los días entenderá el tamaño de lo que acaba de lograr, por ahora estado de shock. Su vida cambió para siempre en la tierra parisina. Celebra, pero todavía guarda estanque, porque mañana tiene la final del dobles femenino. Barbora quiere gritar campeona por partida doble.