El Barça de los demonios: el cambio paradigmático que incluye a Arturo Vidal
El fichaje de Kevin-Prince Boateng, un futbolista de polémico perfil, y la presencia de otros genera una nueva identidad del plantel azulgrana.
El Barça de los Demonios o el Barça de los malotes. El Barcelona, el icono del fútbol que privilegia el buen juego y que buscaba jugadores modelo en términos de imagen, da un giro. Los fichajes de Kevin-Prince Boateng y del colombiano Jeison Murillo, además de la presencia de otros díscolos como Arturo Vidal y hasta el francés Ousmane Dembélé, quien necesitó un par de tirones de oreja para enmendar el camino y desplegar todo su talento, lo transforman ahora en objeto de análisis y le van al club apodos que no tenía.
"En todos los fichajes que hace el Barça siempre son controvertidos antes, como ya ocurrió con Paulinho. Se habló de muchas cosas y luego nos dio un gran rendimiento. También ha pasado con Arturo (Vidal)... Confiamos en la presunción de inocencia de la gente. En principio no nos peleamos con él sino que queremos que nos ayude y que marque goles. De momento estamos encantados. En Las Palmas hizo un gran año y conoce la Liga", declaró el técnico Ernesto Valverde en la antesala del partido frente al Sevilla, por los cuartos de final de la Copa del Rey, para afrontar los comentarios.
Medios españoles, como el diario El Mundo, por ejemplo, establecen que no se trata de un fenómeno casual. Que la convicción de quitarle 'inocencia' al equipo nace en la eliminación de la última Champions, a manos de la Roma. Lo describen como el momento en que se trazó 'una delgada línea roja'. "Hemos sido unos 'pardillos' (ingenuos)", exclamó un dirigente citado por el periódico, que se preguntaba por qué no había ingresado Paulinho, un futbolista de características más rústicas que las que exige el manido 'ADN del Barça', un paradigma contra el que también debió bregar Vidal cuando arribó al club. El despliegue y la personalidad del chileno torcieron, hasta aquí, los cuestionamientos iniciales.
La otra razón para un cambio que modifica incluso el estilo del equipo blaugrana, es económica. Valverde había reconocido, precisamente cuando fichó a Murillo, que el club no tenía "100 millones para fichar a un crack". De hecho, Vidal costó unos US$ 22 millones, una cifra que fue consideraba baja para un futbolista de su categoría y calidad. Por Boateng pagaron un préstamo de US$ 1,1 millones y pactaron una opción de compra de US$ 9 millones.
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