No fue el mejor partido del Barcelona. El equipo duro y correoso de la Roma no dejó brillar a Messi y solo cayó por medio de desafortunados autogoles.

La zaga de los italianos se instalaba cerca del mediocampo. Buscaban la presión y la incomodidad de una línea de volantes catalanes sin la ofensividad de Paulinho y Dembelé, pero que tenía la habilidad de Iniesta y Rakitic.

A los 11' Messi intentaba de media distancia, aunque Allison contenía sin problemas. Antes, un gol bien anulado de Suárez daba luces de que el Barcelona era superior, pero que sus llegadas se dificultaban por los fuera de juego que creaba Manolas y Fazio.

Pero la resistencia no duró mucho ya que a los 38' De Rossi convirtió un autogol luego de que Iniesta intentara asistir al argentino. De manera sorpresiva, el 2-0 vino con otro autogol, esta vez de Manolas, que ante la presión de Umtiti batió a su propio arquero (55').

Piqué aumentó solo cuatro minutos después cuando la zaga romana estaba en el suelo. Sin embargo, el cuadro visitante se recompuso y sitió a los culés en su área, con centros y presión alta que terminaron desembocando en el 3-1 de Dzeko, tras asistencia de Perotti. La ventaja se reducía y el gol de visita hacía regresar la esperanza de cara a la vuelta en Italia, pero Suárez, que intentó su gol de todas las formas posibles, lo logró a los 87' con un zurdazo desde la zona izquierda del área grande.

Así, sin menos gloria que la del Real Madrid ayer pero sí con la misma efectividad, los catalanes cierran la eliminatoria en solo un partido.