Barcelona hipotecó en gran parte de sus opciones de alcanzar los octavos de final de la Champions. Necesitaba imperiosamente un triunfo ante Lisboa, pero terminó en cero y deberá cerrar su participación grupal en Alemania, ante Bayern Münich.
El equipo de Xavi muestra algunos aspectos de mejora. Cambios estructurales, como el manejo de la pelota con mayor intensidad y ritmo. Sin embargo, carece de la profundidad necesaria para volver a encantar a sus hinchas.
En ese aspecto, el partido ante los lusos asomaba como la ocasión precisa para cambiar el chip. Sobre todo por la imperiosa necesidad de lograr un triunfo y la clasificación. Sin la obligación de viajar a Münich, en la última fecha, para buscar un resultado.
Es cierto que el Barça tuvo la pelota. Sus volantes dominaron en el medio y las constantes subidas de Jordi Alba pudieron hacer la diferencia. Antes del cuarto de hora ya tuvo dos claras, primero con un remate de Demir y luego con otro de Araujo, quien la mandó a las nubes.
A los 28 minutos, Jordi Alba tuvo una de las más claras. Pero la rápida reacción del meta de Os Encarnados, Odysseas Vlachodimos, evitó la celebración del cuadro culé.
Claro que en el último cuarto de hora del primer tiempo fueron los lisboetas los que estuvieron más cerca. A los 35 minutos, un remate del ucraniano Roman Yaremchuk obligó a una felina reacción del meta blaugrana Mar-André ter Stegen, quien la sacó de la línea. En la jugad siguiente, el golazo de Benfica fue anulado luego de que la pelota saliera en el córner.
En el final de la primera parte, el travesaño ahogó el grito de gol tras el remate Demir, en una de las opciones más cercanas.
Reacción a medias
El segundo tiempo fue el mismo trámite. La posesión de los catalanes se hizo insostenible, pero nunca ocurrió ese pase filtrado que podía cambiar la historia del encuentro.
El ingreso de Ousmane Dembélé, a los 66 minutos, pretendió ser el punto de inflexión para cambiar el rumbo de los locales. Y bastó un solo minuto para justificar la ovación del público. Un autopase del francés, siempre por la derecha, provocó un centro preciso que cayó en la cabeza de Frenkie de Jong. Sin embargo, el meta Odysseas estuvo notable para sacarla al córner.
En los minutos finales, un nuevo centro del francés obligó a uan salvada milagrosa de Gilberto. Eso, y un gol anulado a Araujo fueron los últimos estertores del Barça.
Es cierto que el equipo exhibe de Xavi grandes avances en el funcionamiento. Pero falta el gol, el mismo que deberá encontrar en casa del poderoso Bayern si quiere avanzar a la siguiente ronda. Barcelona mantiene los dos puntos de ventaja sobre los portugueses, pero que cierra en Lisboa contra el Dynamo de Kiev.