No lo pasa bien el Barcelona. Durante estos días no sólo ha tenido que presenciar el nuevo ascenso de su más enconado rival, Real Madrid, al olimpo de la Champions League, sino también, ve peligrar la llegada de jugadores que le devuelvan la gloria de antaño.
Y la razón es muy simple: ¡no hay plata! El club hispano pasa por una de sus peores crisis financieras y esta semana ha tomado varias decisiones extremas para recaudar dinero. Una de ellas y quizás la más insólita, es que arrendará su estadio para que la gente pueda realizar partidos de fútbol informales en su cancha.
La idea de los blaugranas es que cada jugador cancele 300 euros (263 mil pesos) para poder pisar el césped del Camp Nou y tendrá un tiempo de 60 minutos para armar su encuentro. Para ello, Barcelona facilitará un equipo técnico, árbitros, asistencia médica y vestuarios y también le permitirá a cada equipo llevar su barra, siempre y cuando compren los boletos para el museo de la entidad que costarán 27 mil pesos.
Pero esa no es la única iniciativa. Como hoy peligran los fichajes de Robert Lewandowski, Kalidou Koulibaly y Raphinha, se convocó a una asamblea extraordinaria para el próximo 16 de junio. La cita buscará que sus socias y socios autoricen a la directiva encabezada por Joan laporta a vender activos de la entidad.
El primero de ellos será la compañía que está a cargo de todos los artículos que cuentan con la licencia oficial de los catalanes, llamada Barça Licensing & Merchandising. La idea es que uno o más inversores adquieran 49,9% de la sociedad y así ingresar capital fresco a las arcas azulgranas.
Pero no es lo único. Por que también se solicitará la enajenación de hasta el 25% de los ingresos para la explotación de los derechos de televisión, correspondientes a la competición nacional, o sea la Liga. ¿Recaudación total? Se piensa en al menos 730 millones de euros, más el ahorro que significarían las salidas de Clément Lenglet, Samuel Umtiti, Luuk de Jong, Óscar Mingueza, Riqui Puig, Martin Braithwaite y Adama Traoré.