Barrios de plata
En una durísima definición, de dos horas y 20 minutos, el chillanejo cayó por 7-5, 3-6 y 6-4. El brasileño Joao Menezes, que eliminó a Nicolás Jarry en cuartos de final, fue su verdugo.
Tomás Barrios guardaba en silencio este anhelo. No lo decía en voz alta, pero lo pensaba todo el día. Tras la eliminación de Nicolás Jarry en cuartos de final, precisamente ante Joao Menezes, sentía que ahora era su turno para escribir un nuevo capitulo de la historia panamericana nacional.
Y pensar que estuvo a punto de abandonar el tenis, tras una dura lesión de espalda sufrida en 2012. Desde ese momento en adelante, luchó con todo en contra para poder acercarse un poco a más al sueño. Por eso es que en el Lawn Tenis Club de Lima luchó hasta el final por el oro. No pudo. Se debió conformar con la plata en un amargo y ajustado final. Cayó por cayó por 7-5, 3-6 y 6-4.
No fue sencillo. Tuvo problemas con su saque durante casi todo el partido, los que se expresaron siempre con imprecisiones en el primer servicio.
Con sus padres en la tribuna y el equipo chileno apoyándolo, el chillanejo intentó mejorar siempre. Tenía el marcador a favor, mantuvo la esperanza de quedarse con el primer set hasta el décimo game, pero no lo consiguió.
Un revés de espalda demostró lo bien que viene jugando en Lima, hundiendo un poco a Menezes. Pero el saque siempre fue su quimera. Las imprecisiones lo complicaron tanto que le entregó la ventaja al brasileño en el décimo game, que tras cinco definiciones terminó haciéndose del quiebre y emparejando la manga en 5. De ahí, la cancha se puso cuesta arriba para el nacional. Y Menezes no tuvo muchos problemas en llevar el set a un cierre favorable.
Barrios despertó en el segundo set, que fue toda para él. Recordó lo que había mostrado hasta aquí en el torneo, y con el aliento de los nacionales, volvió a respirar. El puño en alto en cada bola que ganaba iba dedicado al codo izquierdo del fondo, donde se encontraba su núcleo más íntimo. Allí buscaba el sustento emocional necesario para continuar dándole forma a su final dorada. El 6-3 con el que ganó fue la expresión más clara de lo que traía entremanos.
Para el final, ambos comenzaron a librar una batalla sin tregua. cada golpe que uno daba, el otro lo respondía. Empataron la manga a tres, con Barrios quebrando un juego. Pero de ahí todo cambió.
Menezes, alentado por una furiosa hinchada brasileña, que además se vio potencida con los hinchas peruanos que apoyaban al rival del chileno, comenzó a crecer. Le quebró, quedando 5-3 a su ventaja. De ahí, aunque Barrios consiguió quedarse con el siguiente punto, no le alcanzó para terminar. Se debió conformar con la plata.
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