El nombre de Ashleigh Barty (1°) parece destinado a estar mucho tiempo más en la cima del ranking femenino, y es que la australiana cada semana agranda su ventaja con sus perseguidoras. Hoy en Cincinnati firmó un gran paso para que aquello comience a ser oficial. El título en Ohio no solo le da 1000 puntos más a su temporada, sino que también parece ser el impulso final para asaltar el Open de Estados Unidos.
Se paseó por el penúltimo Masters 1000 de la temporada, con todas las miradas sobre ella. Sabía que era una semana clave para seguir en solitario arriba, sin que siquiera sus perseguidoras salieran en la foto. En la gira de verano norteamericana ella prácticamente no defiende puntos, un panorama muy diferente al de Naomi Osaka (2°) quien tenía que revalidar la final en Ohio y el título en Nueva York. Lo primero ya no lo consiguió, tras quedar eliminada en octavos de final.
Por eso Barty jugó suelta y decidida. Una a una fue despidiendo a sus rivales sin apelaciones. No perdió ningún set a lo largo de la semana y se demoró una hora y 33 minutos en levantar el trofeo tras derrotar por 6-3 y 6-1 a la suiza Jil Teichamn, la gran sorpresa del torneo.
La helvética llegó siendo prácticamente una desconocida al cemento estadounidense y ubicada en la plaza 76 del ranking mundial. Pero rápidamente mostró su mejor juego y dejó fuera a grandes favoritas. Primero eliminó en la ronda de las 16 mejores a Naomi Osaka, después en cuartos venció a la medallista de oro en Tokio, su compatriota Belinda Bencic (12°). Para llegar a la final, dejó en el camino a Karolina Pliskova (4°).
Pero en la instancia decisiva no pudo ante el nivel de la oceánica. Barty está decidida a demostrar por qué viene siendo la número uno desde septiembre de 2019. Ya conquistó Miami y Wimbledon en este 2021. Ahora quiere ir por otro de sus grandes anhelos, el US Open. Aquello sería la guinda de la torta para un año donde conquistó su segundo Grand Slam y donde lleva más de 2000 puntos de diferencia con sus perseguidoras.