Se desangran por clasificar. Algunos lo tienen como único objetivo. Para otros es una obligación. Aparecen, como en las elecciones, los que se suben por arrastre. Se arriman los campeones.
También clasifican los supercampeones. Varios llegan. Partieron con pocos cupos, pero hoy sobran. Ya nos dan ocho. Para el próximo año van cuatro a la Libertadores y cuatro a la Sudamericana. Para qué tanto urgimiento por llegar si se devuelven de inmediato. Llegan a la competencia, crece la ilusión y luego se extingue en un par de meses. Se sacan los ojos en Chile para estar en la página de la Conmebol para luego comenzar con el discurso mediocre. El alegato es fuerte y generalizado, no sólo de los que tienen poco plantel sino de los grandes que se supone que están
mejor vestidos.
Frases repetidas en época de torneos internacionales: "Los viajes te matan", "Nuestro plantel es corto", "Debemos priorizar lo de casa", "No invertimos bien", "Afuera tienen otro ritmo", "Nuestra liga es de bajo nivel", "Ellos tienen grandes nombres", "Invierten para ganar, nosotros participamos no más". ¿Hasta cuándo vamos a tener que escuchar ese mismo disco rayado? ¿Hasta cuándo tendremos que soportar la venta de humo del dirigente que dice que este año sí se reforzarán para pelear la Libertadores y no llega ninguna figura? ¿Para qué juegan si el discurso del cansancio aparece rápido? ¿Para qué juegan si le dan prioridad al torneo nacional? ¿Para qué juegan si no se refuerzan bien? Acá disfrutamos del torneo, aplaudimos a los destacados, gozamos a veces con partidos brillantes, pero cruzamos las fronteras y empezamos a temblar. Cumplimos tres años sin que un equipo chileno clasifique a octavos de la Libertadores.
Es que, desde el 2015 a la fecha, 10 equipos chilenos fueron eliminados en la fase de grupos. El 2017 en la Libertadores la Universidad Católica terminó último en su grupo con 5 puntos; Deportes Iquique (el más digno) terminó eliminado con 10 unidades; Colo-Colo se devolvió por culpa de Botafogo en la segunda fase de clasificación y la Unión Española cerró su intervención eliminado por The Strongest con un 5-0 como visita. Así es de duro. Acá disputan una copa y afuera los dejan knock-out en el primer round. ¡Penoso!
Fíjense que la Conmebol publicó un ranking donde se mide el rendimiento de los equipos participantes en los últimos 10 años de la Libertadores, desde el 2007 a la fecha. No aparece ningún equipo chileno dentro del top ten. El primero que emerge es la Universidad de Chile, en el lugar 20, luego Colo-Colo en la ubicación 23, la UC en el 30, Unión Española en el 46 y Cobreloa en el 61. Arriba de los nuestros están: argentinos, colombianos, brasileños, paraguayos, ecuatorianos, uruguayos y bolivianos.
Basta de ser la vergüenza en América. El 2018 tómense en serio este torneo o empiecen a preparar las mismas excusas de siempre.