Bayern Münich presentó su candidatura al título de la Champions. Con honores. El poderoso cuadro germano volvió a humillar sin contemplaciones al Barcelona en su propia cancha. Un 3-0 que resulta mezquino para el apabullante domino del campeón de 2020.
Si existían eventuales dudas sobre el equilibrio entre ambas fuerzas, estas quedaron despejadas desde los primeros minutos. Al margen de la enorme presencia que significaba la presencia de Lionel Messi, el Barça -terceo en LaLiga pasada- perdió la fisonomía de ese equipo avasallador que fuera en otras épocas.
Y los bávaros lo percibieron rápidamente. Comenzaron a hacer circular el balón y a ocupar los espacios, con y sin la pelota. Adelantaron las líneas y desnudaron la resistencia de un equipo que enfrentaba su primer gran apretón sin la figura de La Pulga.
Leroy Sané pudo abrir el marcador a los 19 minutos, pero el meta Ter Stegen estuvo notable para evitar la primera caída. Sin embargo, el dominio de los alemanes se hacía asfixiante y el cuadro catalán parecía el visitante corriendo detrás de la pelota.
Thomas Müller no demoró en poner la primera cifra. Después de una serie de toques al borde del área, el campeón del mundo ensayó un remate desde el borde del área que rebotó en la espalda de Eric García antes de ingresar al arco, a los 34 minutos.
El campeón de la Champions en 2020 siguió rotando el balón ante un rival sin respuestas, que se limitó a un par de contragolpes efímeros que plasmaron la imagen de uno y otro equipo.
Pidió la hora
Con el inicio del segundo tiempo, la película siguió el mismo derrotero. Aunque ahora el cuadro teutón era más incisivo. Así, Sané volvió a avisar, esta vez a los 52 minutos de Sané. Pero el arquero blaugrana sacó con un pie de manera casi milagrosa.
La segunda conquista estaba al caer y así lo entendió el delantero polaco Robert Lewandowski. A los 56′, el goleador vio como el tiro de Jamal Musiala rebotaba en un vertical para poner la planta del pie en el segundo gol.
Una conquista que hacía retornar los fantasmas del ignominioso 8-2 del año pasado en los cuartos de final de este mismo torneo. Quizás por eso el técnico Ronald Koeman reordenó las piezas.
El holandés permitió el ingreso de Oscar Mingueza, Gavi y Yusuf Demir; algunas de las caras poco vistas de este nuevo proyecto. Era tarde. Cada descuido de los catalanes dejaba un desaguisado en la última línea.
Una verdad que quedó al descubierto con el tercer tanto. Nuevamente gracias al oportunismo de Lewandowski, quien rescató otro tiro en un vertical -esta de vez de Serge Gnabry- para darle justicia a los que ocurría en el Camp Nou, a los 85 minutos.
Mientras Barcelona pedía la hora, el elenco muniqués no sabía cómo bajar las revoluciones ante la nutrida silbatina del estadio culé. No hubo tiempo para más. Bayern Münich se fue con otra goleada ante un cuadro sin alma que deberá pasar apreturas para, incluso, avanzar a la siguiente ronda.