Volver cantó Carlos Gardel por las calles de la Ciudad Vieja, corazón de la capital uruguaya. Un tango que se convirtió en costumbre para muchos futbolistas que retornaron a casa. Es el lugar común que lo define mejor. Mathías Corujo volvió a Peñarol. Y aunque nació en Wanderers, con el aurinegro perdió la final de Copa Libertadores en 2011 contra el Santos de Neymar. Hoy… "Corujo se queda", se lee en el titular del matutino Ovación que cuelga en un kiosco frente a la sede de Peñarol, en la calle Magallanes 1721. Al entrar, hay un mural que dice Campeón del Siglo, distintivo FIFA al equipo más ganador del pasado centenario. Entrar al Museo aurinegro es impactarse con una inagotable cantidad de títulos, como sus cinco Libertadores y tres Intercontinentales. O ver los rostros llenos de gol de Fernando Morena y Diego Aguirre. También, una sección de extranjeros ídolos, como el ecuatoriano Alberto Spencer y el chileno Elías Figueroa. "Nunca me sentí un inmigrante en Chile, mis compañeros chilenos en la U jamás pusieron esa barrera y los hinchas enseguida te dan el visto bueno si mojas la camiseta", reconoce Corujo sentado en la sala de prensa del carbonero. "¿Te quedás en Peñarol o te vas para Chile?", increpa el portero de la sede al ex volante azul:"¿Volver? Imaginate… mi hijo es chileno, nació ahí… ¿Cómo no voy a querer a Chile y a la U? Por eso me encantaría volver".
¿En qué escalón está la U en su carrera?
Muy arriba, en el top. La U fue un club muy importante porque el rendimiento que logré ahí me llevó a la selección uruguaya. Imagine. Conseguimos muchas cosas. Estuve dos años inolvidables, ganamos tres campeonatos y la verdad que lo pasamos muy bien. Es inolvidable. Por suerte pude encajar muy bien desde el primer partido y la gente conmigo se portó excelente. Tengo mucho cariño y recuerdos muy lindos de Chile y de la gente de la U.
¿Cómo era ese camarín de la U?
Tenía a dos líderes, muy positivos, como Johnny Herrera y Pepe Rojas, dos tipos fantásticos que dentro de la cancha eran unos caudillos y afuera te hacían sentir lo que significaba jugar en la U. Pepe Rojas nunca se debió haber ido de la U, merecía quedarse. Pero ya son cosas de dirigencia.
¿Y Johnny Herrera?
Johnny está más que vigente, hace años que lleva el mismo nivel de selección. Es un tipo que afuera proyecta ser fuerte y directo, es su rol. Pero en la interna es un amigo de verdad, fue uno de los que mejor relación tuve. Fue el primero que me arropó al llegar. Un fenómeno. Me explicó qué es la U. La hinchada, la historia. Vivimos dos años hermosos. Con ellos sigo en contacto y espero volver a comer algún asado nuevamente…
Hay extranjeros que son criticados por la hinchada. Les dicen que no entienden dónde están… ¿Lo ve así?
Pasa. Hay que saber que la U es un grande. Pero jugar en la U es hermoso. Yo jamás esperé encontrarme con una institución de ese tamaño. Es un grande. Me sorprendía todos los días. Acá los compañeros que tengo en Peñarol les digo, les hablo siempre de lo grande que es el club, de toda la dimensión que tiene y de lo que significa para el país. Lo que arrastra la U es tremendo. Por ejemplo, su complejo deportivo es un ejemplo a nivel continental. Siempre recordamos con Guzmán Pereira de esos momentos lindos que vivimos y nos emocionamos al recordar momentos inolvidables.
¿Goles inolvidables?
Claro. Hice bastantes y lindos. Uno muy importante fue el que hice contra la Católica de volea, que después salimos campeones. Fue muy bonito por la definición y por lo que significó. Además era un clásico, lo grité con todo. Y me quedo también con el que le hice a Colo Colo en la Copa Chile. Pero por todo lo que significó. Era una final, contra el clásico rival y la verdad que el gol fue muy lindo. Arranqué casi del área nuestra y bueno…
Se emociona.
Y sí. Me emociono porque pasamos muchas cosas en ese momento. Habíamos perdido antes 1-2 sobre la hora y estaba con esa espina. Estuve muy amargado los días siguientes y bueno, el fútbol da revanchas. Estábamos siendo muy criticados. Yo estaba en otro país, con mi familia, con mi nene que nació ahí en Chile y el fútbol te da ese momento de explosión, de olvidarte de todo. Veníamos muy amargados porque las cosas no se nos daban en lo grupal y en lo personal tampoco.
Recuerdo su celebración: cara llena de gol, muy emocionado.
Le digo más, casi me pongo a llorar. Sobre todo por todo lo que pasamos. Fue una revancha hermosa. Se me vino todo a la cabeza, porque además la situación que vivía el cuerpo técnico era muy mala en su relación con la hinchada, había mucha presión por ganar. Martín Lasarte estaba siendo muy discutido y eso me tenía mal. Cuando hice el gol lo fui a abrazar a Martín porque bueno, se lo merecían ellos, porque son gente laburadora y grandes personas. Y por suerte logramos conseguir ese título que fue clave.
¿Por qué se criticó tanto a Lasarte en ese año?
Creo que fueron muy injustos con él, la prensa y el medio, parte de la hinchada fue muy dura con Martín. Y no se lo merecía. Si vos te ponés a mirar bien, en tres años con él se consiguieron tres títulos en la U.
Pero lo que se criticó no fue eso sino la forma de jugar.
Es cierto, es verdad que tuvimos un bajón, pero pudimos ganar Copa Chile, la Supercopa. En todos los campeonatos fuimos protagonistas, pero creo que él hizo una buena labor en donde había un sello. Es cierto que por momentos fue muy criticado, pero siempre supo dónde estaba, en la U, un equipo grande y las críticas siempre iban a venir a la hora de que no se ganaba.
¿Se fue bien?
Creo que Martín se quería quedar en la U. Pero siento que sabía que cumplía un ciclo. Se fue por la puerta grande, dejando grandes amigos, títulos y buenas sensaciones.
¿Se hubiese querido quedar más tiempo en la U?
No me sentía cómodo en la U con Beccacece. Por su forma de manejarse, de ser, de relacionarse con los jugadores, conmigo, no me sentía cómodo. Me parecía sí, que tenía muy buenos trabajos y una idea interesante de funcionamiento y creo que es una persona que algo sabe de fútbol, pero bueno, a la hora del trato en el día a día de Beccacece no me gustaba…
¿Qué pasó?
Con Beccacece me pasaron muchas cosas que no me gustaron. Situaciones que no comparto y no me gustaron. En el relacionamiento entre un entrenador y un jugador.
¿Falta de respeto?
No voy a detallarlo, porque son cosas que quedan en la interna. Pero su trato conmigo no me gustaba, su forma de ser. Habían cosas que iban pasando y me fui.
¿Se fue de la U porque Beccacece se quedó?
Si. Me fui del club porque la dirigencia decidió en ese momento seguir con el cuerpo técnico de Beccacece y todos ellos… Y yo sabía que si se quedaba Beccacece yo no tenía lugar en la U. Yo no quería seguir con él y el técnico tampoco quería que yo estuviera.
¿Se lo dijo Beccacece?
Si. Hablamos. Él lo sabe. Tuvimos una charla antes de que terminara el torneo y le dije todas las cosas a la cara, todo lo que no me parecía correcto de su trato conmigo y con el jugador en general que yo no comparto. Distintas actitudes que yo no podía dejar pasar porque ya tengo una personalidad de que me gusta decir las cosas cuando están mal. Y las digo y chocamos muchas veces. Pero me fui tranquilo de la U porque siempre dije mi verdad. Estuve en lo correcto.
¿Fueron diferencias futbolísticas o de trato?
De todo un poco. Eran actitudes de él fuera de la cancha, fuera de los entrenamientos que me disgustaron y que no están bien. Pero bueno, fue una charla fuerte, directa, pero siempre con respeto. Con el mayor de los respetos, pero con mi verdad. Y ya está, después de esa charla yo ya sabía que si se quedaba Beccacece en la U yo me tenía que ir. Por eso dije cuando me fui que cumplí un ciclo en la U. Esto que te estoy contando jamás lo dije antes. Y así fue, me fui yo y luego se terminó yendo él. Pero me quedo con lo que fue vestir esa hermosa camiseta azul con la U en el pecho, con los goles y los compañeros. El resto, el mal rato, es parte del fútbol, que tiene estas cosas de ida y vuelta.
¿Si Beccacece se hubiese ido, usted se habría quedado en la U?
Yo sí. Si él se hubiese ido antes, yo me quedaba en la U. Lo normal era que yo me quedara. Además me quedaba un año más de contrato. Me quedaba porque estaba muy cómodo en la U, mi familia estaba espectacular. Obviamente que no te miento, que si venía algo muy importante de afuera, económicamente, por ahí tenía que evaluarlo. Pero bueno, yo entré a buscar soluciones a mi salida en la U y mi diferencia con Beccacece. Y por suerte apareció San Lorenzo en Argentina.
¿Cómo vivió que Chile no haya clasificado al Mundial?
Me causó mucha lástima y una gran sorpresa, porque Chile tiene una gran selección, tiene enormes jugadores y para mí era número puesto en el Mundial. Después, esto es fútbol y bueno, le pasó a Chile, Holanda, Italia, todos grandes equipos que no van a estar en Rusia. A Chile le pesó al final perder tres o cuatro partidos y se quedó afuera en la última parte. Pero sin duda que Chile tiene grandes jugadores para haber estado en el Mundial y está entre las grandes selecciones de América y el Mundo, fijo. Pero así está el fútbol hoy, muy parejo y cualquier equipo te puede ganar. Con Rueda espero que les vaya bien, es un gran entrenador.
¿Cómo ve a Uruguay de cara a Rusia 2018?
A Uruguay lo veo espectacular. Se vivió una clasificación que hace muchos años no se lograba, con comodidad, sin ir a un repechaje en donde siempre nos tocó sufrir. Esta vez no. Y creo que fue porque hay un gran equipo, con estrellas mundiales y jugadores del fútbol local, un plantel muy unido y con mucha humildad, eso fue clave.
Fue parte del proceso.
Tuve la suerte de estar citado en casi todo el proceso, eso me pone muy orgulloso. De hecho, estando en la U el Maestro Tabárez me llamó a la Selección. Por eso mi paso por la U fue muy importante y significativo. Logramos el objetivo de clasificar y qué más puedo pedir. Seguro se hará un buen Mundial, como lo hemos podido hacer últimamente. La verdad que tenemos grandes jugadores, un plantel sólido, grandes individualidades. Creo que estamos para lograr grandes cosas en Rusia.
¿Disfrutar el Mundial en Rusia o en Montevideo?
Ojalá que sea en Rusia, la ilusión está, ya puse mi granito de arena en este camino y eso me llena de alegría y orgullo, vestir la camiseta de mi país. Pero la esperanza siempre está.
¿Te ves regresando a la U?
Ojalá que algún día pueda volver a vestir esa camiseta. Sé que es muy difícil porque los años pasan y yo tengo un año y medio más en Peñarol, pero bueno, lo importante es que creo que dejé un recuerdo bueno. Creo que la gente me recuerda como un tipo que lo dio todo por la U y eso me deja tranquilo.
La puerta la dejaste abierta…
Si, porque fueron dos años hermosos en los que, además, en mi vida personal viví cosas inolvidables. Y si está la oportunidad, cuando se cumpla el contrato aquí en Peñarol, estaría espectacular volver. Pero eso ya no sólo depende de mi, sino volver a la U depende de los dirigentes y del técnico de turno. Imaginate, mi hijo es chileno, nació ahí… cómo no voy a querer a Chile y a la U.