Leandro Benegas quiere ser chileno. El delantero argentino, quien arribó al país en 2012 para defender a La Calera, está en proceso de nacionalización para liberar un cupo de extranjeros en Universidad de Chile. La ley establece que para realizar los trámites legales se debe estar, al menos, cinco años de corrido en el país. El transandino ya cumple ese requisito. En 2017, cuando aún no cumplía con las exigencias, el delantero ya dejaba ver su idea de dar los pasos necesarios para ser chileno: "Me siento contento, disfruto estar en este país. No he tenido problemas con nadie. Obvio que me gustaría nacionalizarme cuando pueda para dejar el cupo de extranjero", comentó.

En Azul Azul están a la espera. Quieren sacarse un problema de encima. Al momento de firmar la extensión de contrato del mendocino hasta 2019, que se realizó hace unas semanas, le hicieron saber la necesidad de apurar su proceso de nacionalización para simplificar su estadía en el club. La temporada pasada ya se lo habían solicitado a Gustavo Lorenzetti, quien aceptó la tratativa en su afan de facilitar el arribo de refuerzos extranjeros a la institución.

Hoy, en el CDA, el exceso de foráneos se ha transformado en un verdadero dolor de cabeza. Incluso, le tuvieron que pedir a Benegas, quien está en proceso de recuperación de un corte de ligamentos, que cediera su cupo para la primera rueda del torneo nacional para inscribir al brasilero Rafael Vaz. El favor le valió la renovación por un año de contrato al jugador que cedió su plaza. La lista de cinco foráneos, el límite que permite la norma del torneo, está al tope con Rafael Vaz, Armando Cooper, Matías Rodríguez, Yeferson Soteldo y Fabián Monzón. Este último, sin embargo, finaliza su contrato en junio y no está dentro de los planes de Azul Azul.

En lo deportivo, el cuadro que dirige Guillermo Hoyos ya asume que Vasco da Gama, quien aún debe liquidar la serie ante Wilstermann, luego de imponerse por 4-0 en el duelo de ida, será finalmente el equipo que deberán enfrentar en su debut en la Copa Libertadores, el próximo 13 de marzo, en Río de Janeiro. Ante tal panorama, hace un par de días los futbolistas y dirigentes de la U se sometieron a un proceso de vacunación para prevenir la fiebre amarilla. "Obviamente hay que prevenir y resguardarse porque ya hubo muertos por eso. Uno no está libre de que le pique un mosquito y se pueda producir la enfermedad si no estamos vacunados", comentó Ronald Fuentes, gerente deportivo del club.