Este domingo, en Moscú, el mundo observará un momento imperdible, con el mayor trofeo del fútbol en disputa: el bicampeonato de Francia o la primera vez de Croacia. Lo cierto es que el Mundial más extraño del último tiempo se termina en tres días, con franceses y croatas en la pugna más esperada. Lo único claro es que la corona se queda en Europa, algo que se transformó en una tendencia (cuarta vez consecutiva), lamentablemente para el interés de Sudamérica.
Será una final inédita la de galos y balcánicos. Este escenario se iba a dar independientemente a los elencos que clasificaban. La destacada generación de croatas clasificó por primera vez a una final, un logro notable para una selección que jugó su primer Mundial hace 20 años. Precisamente, en las semifinales de 1998 chocaron los actuales finalistas, con triunfo francés 2-1.
Aquella noche de Saint-Denis fue la primera ocasión en la cual los combinados se enfrentaron. En total tienen cinco enfrentamientos y Croacia no tiene triunfos. El último cruce fue en 2011, en un amistoso que terminó empatado sin goles. Croacia aspira a ser un campeón inédito. El último fue España, que se coronó por vez primera en Sudáfrica 2010. Francia llega a su tercera definición, primera en 12 años.
El cuadro de Zlatko Dalic llega al desenlace como el segundo equipo más goleador, con 12 tantos, al igual que Inglaterra (Bélgica tiene dos más). A su vez, son el segundo cuadro con más remates, con 91. Un ítem en el que lidera es el de las faltas cometidas: 101. Por el lado francés, N'Golo Kanté es quien recupera más balones en el torneo: 32.
Antes de la Copa del Mundo, Francia asomó como un serio aspirante a la corona, pese a la corta edad de su plantel. De hecho, Didier Deschamps tiene bajo su mando a una de las plantillas más jóvenes, con un promedio de 25,5 años. Croacia tiene dos años más.
Otra de las situaciones en las cuales se diferencian dice relación con la presencia de sus jugadores en las ligas. De los 23 galos, la mayoría juega en su país: nueve. Los clubes que aportan más, con tres cada uno, son el PSG (Kimpembe, Areola y Mbappé), el Marsella (Mandanda, Rami y Thauvin) y hasta el Atlético ( Griezmann y Lucas Hernández, más el recién fichado del Mónaco Lemar), que es el que más titulares aporta a la final (tres, sumando al croata Vrsaljko).
En la nómina croata sólo dos jugadores militan en su país: el arquero Livakovic (Dinamo Zagreb) y el volante Bradaric (Rijeka). Los elencos que aportan más en el equipo balcánico son, con dos cada uno, el Inter (Brozovic y Perisic) y el Madrid (Modric y Kovacic).
La multiculturalidad de Les Bleus contra el nacionalismo de los Vatreni. Son 14 de los 23 jugadores franceses tienen otros orígenes, fundamentalmente africanos. Por su parte, Croacia tiene un elenco con raíces profundas; hay algunos jugadores que nacieron en la actual Bosnia y Herzegovina, pero antes de la división de Yugoslavia, en 1991.