Marcelo Bielsa no se ha ido de Chile. Físicamente dejó el país en 2010. Específicamente el 17 de noviembre de ese año, cuando dirigió su último partido. Pero su legado, el tangible y el etéreo, sigue latente hasta hoy, muchos años después.
Pasa que de tanto en tanto, siempre hay alguien que trae a colación al Loco. Que se acuerda de su estilo, su impronta, lo que dejó (o lo que no dejó) y lo que provocó en la Roja. También de lo que generó para el fútbol chileno en general. El último en hacerlo, incluso sin haberle consultado específicamente por Bielsa, fue Beñat San José, a miles de kilómetros de distancia.
"En Chile están acostumbrados a que el perfil sea más 'bielsista', por decirlo de alguna manera, y aunque yo soy muy fan de ese fútbol, hay veces que con los equipos no puedes hacer eso o que, si lo haces, quizás no te lleve tanto al éxito", dijo Beñat al ser consultado específicamente por las críticas de la prensa pese a ganar la liga. En ninguna parte de esa pregunta estaba siquiera mencionado Bielsa.
Hay quienes se aventuran a entregar respuestas por la omnipresencia del rosarino. "Esto se traspasa de persona en persona. Yo, por ejemplo, lo desarrollé en mi entorno, y así también Berizzo, y después Morón, Paqui que ahora está en La Calera. Cada uno fue una semilla que fue entregando el mensaje original. Hizo un apostolado importante desde lo futbolístico. Y eso también traspasó a nivel social. Lo suyo es un legado. Hoy toda la gente con la que él trabajó está inserta en distintos equipos y eso se ha traspasado. Las raíces van encontrando variantes, pero el punto de inicio es uno solo", asegura John Armijo, preparador físico en la era Bielsa.
En ese sentido, el bielsismo se fue irrigando por todas partes. Así lo han sentido jugadores que apenas llevaban unos meses en Chile, como Luciano Aued, que en marzo, al ser consultado por su visión sobre el fracaso de los equipo chilenos en las copas internacionales, aseguró: "A la larga los que han ganado o llegado lejos son los equipos duros, que mantienen el cero en el arco, que tratan de ir arriesgando a lo largo del partido y no desde el inicio. Eso atenta contra la forma de jugar del fútbol chileno en sí, que intenta jugar mucho y que tiene mucho de la idea de Bielsa, Sampaoli… toda esa cultura que se creó".
Pablo Contreras, mundialista en Sudáfrica 2010, aporta lo suyo: "De cierta manera Beñat tiene razón. Caló muy hondo Marcelo con el trabajo realizado, ya que no estábamos acostumbrados a ese protagonismo. La gente, como es normal, tenía escasez de resultados positivos, y más allá de no conseguirlos, se marcó una tendencia e identificación tremenda con lo que fue el fútbol practicado por él. Los técnicos sienten una cierta presión de que acá, día a día, siempre se hace mención a lo que realizó Bielsa".
En ese sentido, Armijo asevera que "todas sus conferencias y charlas, hasta hoy, son elementos fundamentales y bibliográficos para argumentar en el día a día, y no solo en el fútbol. A todo el medio nacional le cambió su forma de entrenar, porque le sacó lo mejor a todos los que él dirige. Él siempre toma desafíos en los que intenta reestructura paradigmas y comportamientos internos".
Y aunque jugadores como Arturo Vidal han aplacado el efecto del Loco en Chile ("Bielsa no tuvo nada que ver, eso es algo que alguien inventó. A mí nunca me cambió nada, para mí no fue el gran cambio de Chile", dijo el año pasado), hay quienes lo retrucan: "Con él se dio a conocer nuevamente nuestro fútbol, es un antes y un después, marcó un precedente y ojalá se mantenga", cierra Contreras.
Lo cierto es que Bielsa hoy está en Inglaterra, pero nunca se fue de Chile.