El fichaje de Darío Lezcano en Colo Colo se terminó transformando en un verdadero dolor de cabeza. El paraguayo llegó como la gran carta de gol de los albos el año pasado tras la abrupta salida de Juan Martín Lucero a Fortaleza. Sin embargo, nunca logró consolidarse y terminó enemistado con Gustavo Quinteros, el técnico que pidió su fichaje. Así, hoy su pasó por los albos llegó a su fin.
El goleador nunca se asentó y comenzó a tener problemas con el entrenador. A poco andar, el extécnico de los albos manifestó su deseo de sacar al ariete, pero después cambió de opinión. Sin embargo, no lo convocó en la mayoría de los partidos y finalmente solo jugó 13 encuentros, donde apenas estuvo 390 minutos. De todos modos, se las arregló para convertir cuatro tantos en sus primeros partidos.
Con la llegada de Jorge Almirón, el exseleccionado guaraní tampoco tuvo muchas oportunidades. Solo jugó algunos minutos en los amistosos de pretemporada, pero luego no fue considerado por el entrenador del cuadro popular. Así, sin lugar en el equipo, comenzó a explorar ofertas. Y de este modo terminó firmando en Tacuary de Paraguay.
Un préstamo
“Los contratos los hacemos para respetarlos. Hay cuatro centrodelanteros, son opciones que tiene el técnico y él decide a quiénes cita. Si en algún momento hay sobrepoblación y tenemos la opción de que alguna tenga una propuesta, estamos totalmente abiertos a escucharlas”, decía el jueves el gerente deportivo Daniel Morón.
Finalmente, se atendió la propuesta del cuadro guaraní y en esta jornada el atacante firmó su contrato. En un comienzo es un préstamo, en el que Colo Colo se hará responsable de seguir pagando un porcentaje importante del sueldo del delantero.
“El motochorro es de Barrio Jara. El delantero Dario Lezcano Fariña es nuevo jugador del Gigante de Barrio Jara. ¡BIENVENIDO MOTOCHORRO!”. Con esa singular bienvenida, Tacuary oficializó la llegada del atacante de 33 años.