"La oferta por Dituro de la U. Católica es rechazada por ser absurdamente baja". Así de tajante. Marcelo Claure, dueño de la empresa que administra al Bolívar, no se guardó nada para comunicar el estado de las conversaciones por el arquero.

Claure fue más duro con las pretensiones de los estudiantiles y le puso precio al portero: US$ 1,5 millones, "o continúa jugando" en Bolivia.

La Católica, eso sí, está muy lejos de poder gastar esa cifra. Derechamente no la tiene y como pasa hace largo rato, intenta reforzarse bajo la figura de un préstamo o jugadores libres que les demanden poca inversión. Ocurrió con Ricardo Noir, Enzo Kalinski, Diego Buenanotte y Santiago Silva en el último tiempo.

El Bolívar, eso sí, no es el único equipo que desnuda la austeridad de los de la precordillera en esta temporada de fichajes, en la que buscan refuerzos para un 2018 sin ningún desafío internacional y, por ende, sin los ingresos que las copas conllevan por televisión y el borderó por los partidos en condición de local.

"No tienen ni un mango, no sé qué pretenden", reseña un directivo de Racing de Avellaneda a La Tercera, elenco que recibió otro ofrecimiento de la UC por su delantero Lisandro López. El "no" de respuesta fue en el mismo tono.

La billetera cruzada es chica. Y por ahora le juega en contra para amarrar refuerzos