Se acabó la espera y Cochabamba, la ciudad de las flores, se convertirá desde hoy y hasta el próximo 8 de junio en la capital del deporte continental. Porque la décimo primera edición de los Juegos Sudamericanos, un evento construido a pulso, infraestructura a infraestructura, en medio de la desconfianza generalizada del resto de países de la región, ya está aquí. Y, al menos aparentemente, tanto los recintos deportivos como el ambiente en las calles, gozan de una salud extraordinaria.
La tercera ciudad más poblada de Bolivia vivirá esta jornada su ceremonia inaugural, que comenzará a las 19.00 horas en las instalaciones del estadio Félix Capriles, feudo del equipo de fútbol con mayor arrastre de la urbe, el Jorge Wilstermann. Pero antes de que María Fernanda Valdés, la campeona del mundo de halterofilia, desfile con la bandera chilena sobre el césped del recinto, la competencia ya habrá comenzado para algunos de los representantes nacionales de bádminton, bowling y vela. No hay tiempo que perder.
Los Juegos Sudamericanos de Cochabamba 2018, los primeros después de Santiago y los últimos antes de Asunción, pondrán frente a frente durante 14 días a los mejores deportistas de los 14 países participantes. En 43 escenarios distintos, en 35 deportes diferentes y en 377 disciplinas atléticas. La delegación chilena más numerosa de la historia en unos Odesur realizados lejos de sus fronteras, tratará de superar las 27 preseas doradas conquistadas como anfitrión en un megaevento que pondrá a prueba su actual estado, y que permitirá proyectar el futuro.
Importantes nombres propios avivarán las esperanzas chilenas en unos juegos que prometen ser los del remo y el esquí náutico (si las rampas lo permiten); los de la consolidación de varias figuras incipientes (como las Abraham, Ricardo Soto o Clemente Seguel); los de los incombustibles Tomás González, Bárbara Riveros o Natalia Duco; los de Valdés defendiendo la corona planetaria; los de Arley compitiendo contra sí mismo; los de las ausencias (algunas sonadas y de última hora, ver nota secundaria); y, sobre todo, los de las sorpresas y los triunfos de los atletas del mañana.
"Estoy muy orgullosa de estar acá. Como siempre digo, hay que darle sacrificio, pero también disfrutar, así que la expectativa principal es esa, disfrutar de la competencia. Hay que pasarlo bien, aunque obviamente nosotros venimos a dar lo mejor que tenemos y a conseguir una medalla", explicaba escuetamente ayer, en su llegada al aeropuerto, la halterófila y abanderada criolla María Fernanda Valdés.
"Yo espero ganar la competencia y llevar la medalla para Chile. No tengo pensado hacer grandes marcas, pero sí quedarme con el oro, aportar mi granito de arena y esperar que otros compatriotas hagan lo mismo para quedar en una buena posición", complementaba, por su parte, el pesista cubano-chileno Arley Méndez, una apuesta segura de oro, el preciado metal por el que hoy comenzarán a competir en Bolivia los mejores deportistas del continente.