"Es harto más difícil, el hoyo es más chico y la pelota también". El resumen es de Esteban Paredes, delantero de Colo Colo que este miércoles participó del ProAm del Abierto de Chile, torneo de golf que se disputa en el Club de Golf Mapocho. Entre otras figuras también participó Claudio Borghi. El técnico y exfutbolista dice que el golf "es el único deporte que puedo hacer con las rodillas rotas".
Ambos personajes tienen en común el fútbol, pero también el tiempo que llevan jugando golf: unos siete años.
Borghi es un autodidacta. Empezó, asegura, pegando pelotas en los driving ranges y después lo invitaron a la cancha, de la que nunca se fue. "Trato de jugar dos veces por semana, cuatro veces al mes, lo que se puede", señala el ex volante del Milan,
El Bichi jugó en el grupo del profesional Felipe Aguilar, con quien comparte regularmente salidas amistosas. Al llegar al club se llevó algunas miradas, pero enrumbó al trote hasta su tee de salida, pues estaba algo atrasado. Ya en juego, detalla cómo llegó al golf.
"Al principio, cuando yo veía golf, decía cómo unos giles le pegan a una pelota y la van a buscar a 300 yardas. Pero a partir de que empecé a jugar... es un deporte muy frustrante. Pasas un buen hoyo y dices, ya está, y pasas al otro que es horripilante, pero lo encuentro muy entretenido, cada pelota es un desafío nuevo".
En su primer hoyo Borghi no tuvo un buen tiro de salida, la bola no avanzó más de 20 metros. "Ese es mi tiro", dice fuerte, pero recibe de vuelta apoyo. "Cuando le pegas bien a la pelota hay una sensación muy linda y dices ya está y a los 10 segundos quieres romper un palo. Evidentemente no juego bien, lo que me hace bien es el entorno, el poder caminar con las rodillas rotas, me duelen, pero no tengo impacto", comenta.
En los hoyos siguientes, el extécnico de la Selección muestra sólidos tiros de salida y un par de putts largos que simplemente no quisieron caer. "Yo, haciéndole a esta cancha 100 palos, me voy feliz".
Borghi, socio de Las Araucarias, señala que "esto me permite distraerme. Mentalmente es bueno, le pegas a la pelota, tienes 200 yardas para pensar en el siguiente golpe y en el anterior, te olvidas del mundo. Y uno juega con gente de distintas edades y no compites contra ellos, uno juega su juego".
Claudio Borghi nunca tomó clases y cuando lo intentó no le resultó. "Me enseñaron a tomar de nuevo el palo y nunca le pude volver a pegar a la pelota, no me resulta", cuenta. "No le gusta recibir órdenes", confiesa uno de los compañeros de salida.
Pero sí le gusta mirar golf por TV: "Veo, pero el trabajo en el Canal del Fútbol me impide, pero veo todo lo que puedo, busco en YouTube. A mí lo que me cuesta mucho es igualar los ritmos, será porque no tomé clases, es llamativo que uno que hizo deportes no pueda llevar el ritmo, pero es cosa de tiempo, en 15 o 20 años, estaremos listos", bromea.
Esteban Paredes, por su parte, fue agrupado con Joaquín Niemann. El delantero de Colo Colo llegó bien tarde al ProAm, por un enorme taco en la Costanera que era visible desde la cancha, así que no tuvo que dar mayores explicaciones. Eso sí, firmó autógrafos antes de que un carro de golf lo llevara velozmente hasta donde ya jugaba su grupo.
"Es el hobby que uno tiene, jugar con Joaco es un privilegio para mí, lo vemos que ha estado en grandes torneos, la temporada pasada, este año, así que es un gusto, agradezco la invitación. Lo que él está haciendo es algo brillante para este medio, hoy en día en Chile hay mucha gente que juega golf. ¡Si Tiger Woods lo nombró!. Es un orgullo".
Sobre sus inicios, Paredes asegura que "fue Wilson Ferrada (kinesiólogo de Colo Colo) el que me inició en esto y se lo agradezco porque es un bueno venir a relajarse un poco y tratar de salir de las cosas que uno hace día a día".
Zurdo en la cancha de fútbol, también juega con el perfil izquierdo en la cancha de golf. "Muchos juegan para el otro lado, es cierto, pero yo aprendí bien", cuenta.
"El golf a mí me produce tranquilidad, hay que tener mucha paciencia y obviamente que hace pensar mucho en el siguiente golpe o en el que pasó, es algo que a uno como llevo poco tiempo, es muy interesante, muy nuevo. Es muy rico tener la sensación de pegarle a la pelota".
¿Es bueno jugando? "Acabo de hacer un birdie... no, si es verdad", aclara, aunque nadie lo haya puesto en duda. Su grupo lo confirma.