Branco Ampuero (25 años) llegó a la UC desde Antofagasta a mediados de 2017 con una opción de compra. Tras 2.404 minutos y 30 partidos con los cruzados, el pasado 4 de diciembre el cuadro franjeado le comunicó que no haría uso de esa cláusula. Así, el zaguero agarró sus cosas y partió de descanso a su natal Carelmapu (Décima Región), lugar en el que aguarda por la definición de su futuro y desde donde atiende el llamado de La Tercera.

¿Cómo evalúa su 2018? Empezó jugando, pero no terminó así.

Fue un año complicado en el sentido de las lesiones que me impidieron terminar jugando, pero consciente de lo que estaba en juego, que era el torneo, y el equipo respondía. Entonces, que yo estuviera en la banca era lo que había que hacer. Siempre estuve con muchas ganas de aportar desde donde fuera, y al final se corona de muy buena manera. Pero al mismo tiempo me deja muy sentido mi desempeño. Me hubiera gustado estar en más partidos, pero eso ya es pasado. Ya terminé mi vínculo con Católica y estoy a la espera de nuevos desafíos que me permitan demostrar lo buen jugador que soy.

¿Las lesiones fueron mala suerte o falta de cuidado?

Fue mala suerte, no pasó por no cuidarme o algo así. La última lesión es pura mala suerte. Primero me desgarré contra Audax, luego estaba listo para volver y en un entrenamiento se me quedó pegado el pie haciendo fútbol, en una fecha FIFA. Si eso no es mala suerte. Me hicieron otra resonancia y apareció otra lesión que se trató de una forma que no me ayudó en la recuperación y luego cuando supimos realmente lo que estaba pasando ya era tarde. Habíamos perdido demasiado tiempo y al final se me transformó en un esguince entre tibia y peroné.

¿Qué pensaba en ese momento?

En realidad nunca estuve achacado. Cuando me preguntaron, expuse que como jugador uno arriesga más de lo que debiese. Muchas veces llegué cansado o con alguna contractura a los entrenamientos, pero el futbolista es así, siempre quiere estar, dar lo mejor, y en algunos partidos me jugó en contra. Sabía que tenía molestias, pero estaba peleando la titularidad. Lo atribuyo al deseo de siempre estar. Uno ahora se da cuenta de esas cosas, quizás en algunas prácticas pude haber salido, pero insisto: uno siempre quiere estar a disposición. La última lesión fue la más dolorosa porque me dejó afuera del último tramo. Si hubiera jugado las cosas serían distintas, quizás me compraban.

¿Qué saca en limpio de este año?

Cuando llegas a un grande vas con muchas expectativas, hay que demostrarle a la dirigencia y los hinchas que estás a la altura. Pero me quedo justamente con la tranquilidad de que siempre estuve a la altura, me entregué por completo. Pero a futuro creo que hay que tener un poco más de calma, que uno se puede medir, es una lección aprendida. Hay veces que hay que pensar en el fin de semana, en los próximos desafíos y no en el hoy.

¿Con qué sensación se va?

Dolido no estoy. Al contrario, estoy muy agradecido por permitirme jugar ahí y ser campeón. Tengo sentimientos encontrados. Si no hubiera tenido esa última lesión que me dejó un mes y medio fuera, mi tema hubiera sido totalmente distinto, estoy seguro. Tengo plena confianza que la UC hubiera hecho uso de la opción. Sin esa lesión, me compran. Pero me tocó despedirme y ahora solo queda esperar lo que viene con muchas ganas… y ansiedad. Quiero demostrar que estoy a la altura como defensor.

¿Siente que había demostrado que podía quedarse?

Como futbolista respondí siempre, cada vez que jugué me entregué al 100. El que entiende de fútbol, y también mis compañeros saben que estuve a la altura, que no me pesó la camiseta y esa es la tranquilidad que queda. Si no hubiera jugado sería distinto el análisis, quizás con un sabor más amargo. Pero en este caso estoy contento y agradecido por la oportunidad que se me dio.

¿Entendió que no lo compraran?

No hay que darle mucha vuelta, no tenían que darme muchas explicaciones. Los dos sabíamos cuáles eran las razones, la inversión que tenían que hacer no era compatible para quedarme y eso, cuando me lo expresaron, lo tomé sin problemas, yo ya sabía.

¿Pero quería quedarse?

Sí, obvio, pero más allá de eso, son situaciones que pasan en el fútbol, y yo soy un trabajador más. Soy hincha de Puerto Montt y mi trabajo es ser futbolista profesional. Guardo respeto por todos los equipos donde he estado.

Más allá del agradecimiento a la UC, ¿cree que el club puede cambiar su parecer si juega bien?

De todas maneras puede ser así si demuestro lo que demostré cada vez que jugué.

Demostrando eso entonces, ¿cree que la UC se puede arrepentir de no haberlo comprado?

Claro.

¿Defendería a otro grande?

Sí, de todas maneras, no me incomodaría, no tendría ningún problema en hacerlo. Y en realidad, no tendría problema en irme a cualquier equipo. Siempre he sido transparente. Este es mi trabajo. Jugaré en el que me dé las mejores condiciones.

Fue nominado por Rueda en marzo, pero no apareció más. ¿Siente que perdió esa chance?

Creo que 2019 va a ser clave para mis pretensiones. Tengo que retomar nivel y ver qué pasa. Y no quiero sonar ni canchero ni agrandado, pero sé la calidad que tengo, sé el buen defensor que soy y el único obstáculo para seguir creciendo soy yo, mi físico, mi entrega, mi compromiso, y todo eso lo tengo. Mi desempeño donde esté finalmente va a decidir para qué estoy y en ese sentido no me apresuro. Solo quiero encontrar un equipo, jugar y demostrar lo que valgo.

¿Sorprendió la salida de Beñat?

Sí, sorprendió. Él hizo un muy buen trabajo en Antofagasta y en la UC, yo conocía bastante su trabajo. Tomó la decisión de irse y es totalmente válido. Pagó el monto de la cláusula. Si hubo otras causas le compete a él decirlo, yo desconozco. Solo sé lo que salió en los medios.

¿Qué será de su futuro?

Hay alternativas; con mi representante trataremos de elegir la mejor. Ahora estoy descansando en mi casa, con mi familia, desconectado de casi todo.

¿Le gustaría seguir en Chile o dar un paso al extranjero?

No me aventuro a nada, porque aún no hay nada concreto. Se tomará la mejor decisión y luego de eso iremos a dar lo mejor.

Aún pertenece a Antofagasta, que tiene Sudamericana.

Soy sincero: quiero jugar fútbol... estoy con muchas ganas de que empiece todo, de saber dónde jugaré. No me cierro absolutamente a nada. Tengo la espinita clavada de no terminar el año como quería, que es jugando. Y donde me toque ir, estaré con las mismas ganas y el mismo compromiso que me caracteriza.