Una nueva versión de la Copa América, el torneo de selecciones más antiguo del mundo, ha comenzado. Pero lo hace en medio de una de las peores pandemias en la historia de la humanidad, con los estadios sin público y en Brasil, uno de los países con más muertes por coronavirus en el mundo. Pase lo que pase, sea quien sea el campeón, esta Copa América será única, especial y polémica.
Y fue precisamente la Canarinha quien inauguró, como buena anfitriona, el certamen continental. El plantel líder de las Eliminatorias, el que no ha perdido ningún partido, pero también el que semanas antes puso en duda su participación en el torneo. Al final quedó en nada: los dirigidos por Tite, absolutamente todos, terminarían confirmando su participación en la competencia.
El rival a vencer en el debut era Venezuela, que horas antes al importante partido recibió duras noticias: un brote de Covid-19 dentro del plantel afectó a 12 jugadores. La gran cantidad de contagios obligó a la Conmebol a modificar sus bases y así permitir que las selecciones pudieran nominar, en cualquier instante, a futbolistas reemplazantes de los contagiados. Eso sí: quienes hayan adquirido el virus no podrán volver a jugar.
La Vinotinto perdió a nueve jugadores titulares para el cotejo ante el pentacampeón del mundo. Sus reemplazantes se integraron al equipo apenas unas horas antes del debut. No tuvieron entrenamiento alguno; muchos jamás habían jugado juntos. Pero Venezuela lo hizo bien. Pese a la claridad de la derrota, a su imposibilidad de plantarle cara a un rival muy superior, enfrentaron el partido con honor y lo finalizaron dejando buenas sensaciones.
Y es que Venezuela, más allá de algunos intentos individuales, simplemente no tuvo oportunidad alguna de disputar el resultado. Brasil no avasallaba pero quedaba claro a la vista que estaba conscientes del accidentado y disminuido rival que tenían en frente. Los remates al arco no se acumulaban en las estadísticas, pero el reloj de la posesión sí favorecía de forma clara a los dirigidos por Tite. Neymar, en un día tranquilo, se preocupó más de inventar movimientos y pases que de ser infalible.
El pundonor de Venezuela se extendió todo el partido, pero su resistencia solo duró 23 minutos. Tras una pelota parada, Marquinhos recibió en el área chica y con un movimiento elegante envió lentamente el balón dentro del arco de Joel Graterol. De una manera simbólica, aquella conquista significó el fin del partido.
Brasil continuó jugando a media máquina, sin aplastar ni brillar. Mostró un fútbol mezquino, errático, torpe; y que sin embargo fue suficiente para quedarse con el compromiso. En el complemento la ventaja futbolística aumentó, con los pupilos de José Pereiro dedicados totalmente a evitar una goleada. En el 64′, Danilo cayó en el área tras una clara falta y Neymar colocó el 2-0. Gabriel Barbosa, en el 89′, cerró el marcador cabeceando con el arco en solitario.
Brasil comienza la Copa América ganando con claridad y sin brillar, pero le bastó ante una Venezuela gravemente diezmada, aunque también muy comprometida.
FICHA TÉCNICA:
Brasil: Alisson, Danilo, Militao, Marquinhos, Lodi (46′, Alex Sandro); Paquetá (46′, Everton), Casemiro, Fred (85′, Fabinho); G. Jesús (85′, Vinicius Jr.), Richarlison (65′, G. Barbosa), Neymar. DT: Tite.
Venezuela: J. Graterol; A. González (90′+2′, R. Hernández), F. La Mantía, A. Martínez, L. Mago, Y. Cumana; J. Martínez, J. Moreno, B. Manzano (77′, R. Celis), C. Casseres Jr (84′, E. Castillo).; F. Aristeguieta (77′, S. Córdova). DT: J. Pereiro.
Goles: 23′, 1-0, Marquinhos recibe en el área chica y define de taco; 64′, 2-0, Neymar, de penal tras falta a Danilo; 89′, 3-0, G. Barbosa cabecea en solitario tras asistencia de Neymar.
Árbitro: E. Ostojich. Amonestó a Lodi, Barbosa (BRA); Manzano, Mago (VEN).
Estadio Nacional Mané Garrincha. Sin público.