Brasil enfrenta demanda por maltrato animal: arriesga una millonaria multa por arrojar al suelo a un gato en la conferencia de Vinicius Jr.

Gato
El momento en que Vinicius Rodrigues saca al gato de la conferencia.

Una ONG acusó que el felino recibió "un trato indigno" y exige una disculpa pública de la CBF y el pago de una alta cifra por el episodio que protagonizó el jefe de prensa de la entidad.



Brasil no lo pasa bien en ningún ámbito. A la sorpresiva eliminación del Mundial a manos de Croacia, se le sumó un nuevo problema que tiene origen justamente en la conferencia de prensa previa a ese partido de cuartos de final en Qatar. Se trata de una denuncia por maltrato animal en la que aparece involucrado el jefe de prensa del Scratch, Vinicius Rodrigues.

El incidente ocurrió cuando el jugador Vinicius Junior se disponía a hablar con los medios. En ese momento se encontró con un gato posado en la mesa y fue ahí donde actuó el funcionario que tomó al felino y lo arrojó al suelo. El hecho fue repudiado ampliamente y a pesar de que en el Scratch adoptaron al animal y lo bautizaron como Hexa, el episodio no se quedó ahí.

La Confederación Brasileña de Fútbol recibió una demanda por maltrato animal de parte de la ONG Foro Nacional de Protección y Defensa Animal de Brasil, en el que se reclama que el gato “fue tratado de manera indigna”. El escrito no se queda ahí, ya que no solo exige una retractación pública del organismo, sino que exige una alta suma de dinero por lo sucedido.

En el escrito, la entidad que vela por el bienestar animal exige un millón de reales, lo que equivale a cerca de US$ 190 mil, dinero que se destinaría al Fondo de Medio Ambiente de la Unión.

Por su parte, Vinicius Rodrigues negó su responsabilidad. “En ningún momento intenté agredir o maltratar a ese gato, tal vez pude equivocarme por lanzarlo al piso, pero jamás intenté lastimarlo, me niego rotundamente a eso”, se defendió.

Hexa no fue el único gato protagonista del Mundial, ya que en Inglaterra, los defensas Kyle Walker y John Stones adoptaron a un felino callejero, de quien se encariñaron. Fue bautizado como Dave y de acuerdo a los reportes británicos se encuentra internado en una clínica veterinaria donde pasará un periodo de cuatro meses de cuarentena, donde además será examinado y vacunado antes de reencontrarse con sus nuevos dueños.

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