Las lesiones siguen golpeando a la selección de Brasil. En la fecha FIFA pasada, ante Chile, la Canarinha no pudo contar con la presencia de Vinícius Junior, Alisson Becker y Guilherme Arana, todos descartados por molestias físicas. Ahora, para la presente convocatoria en la que deberán medirse frente a Venezuela y Uruguay, nuevamente volvieron a verse afectados por las dolencias de un par de figuras claves en el esquema titular.

Se trata de Eder Militao y Rodrygo Goes, ambos jugadores del Real Madrid. En el partido en el que los merengues derrotaron por 4-0 al Osasuna, los futbolistas de la Verdeamarela tuvieron que salir reemplazados durante la primera mitad producto de dos duras lesiones.

El pronóstico no es nada alentador, principalmente para el defensor central. “Tras las pruebas realizadas hoy a nuestro jugador Eder Militao por los Servicios Médicos del Real Madrid se le ha diagnosticado una rotura completa del ligamento cruzado anterior con afectación de ambos meniscos en la rodilla derecha. Militao será intervenido en los próximos días”, informó el parte médico del club de la capital española.

La lesión no es nueva para el exjugador del Porto. El 12 de agosto del 2023, en una visita al Athletic de Bilbao, Militao padeció una rotura de ligamentos que lo tuvo fuera de las canchas por siete meses. En esta oportunidad, se espera que tarde el mismo periodo de tiempo en volver al terreno de juego.

De igual manera, Rodrygo también quedó al margen para estos duelos de las Eliminatorias Sudamericanas. En el caso del delantero, una lesión en el recto femoral derecho fue la razón de su salida anticipada del Santiago Bernabéu y el motivo por el que tendrá que permanecer un mes fuera de la actividad.

El gran beneficiado por estas sensibles bajas es Venezuela. El cuadro de la Vinotinto, rival de Brasil este jueves, tendrá la oportunidad de su historia para derrotar a la escuadra cinco veces campeona del mundo, en Maturín. En el caso de que esto suceda, el próximo oponente de la Roja puede llegar más que encumbrado para amagar los sueños de Ricardo Gareca en el Estadio Nacional.