Brasil enfrentaba el inicio de su participación en el fútbol masculino de los Juegos Olímpicos de Tokio con una tarea adicional. La Verdeamarilla volvía a tener enfrente a Alemania, un rival que, seguramente, le evocaba los peores recuerdos. En el Mundial de 2014, los germanos le habían endosado un histórico 1-7 a domicilio. La de hoy, entonces, era una oportunidad para consumar la venganza, más allá del contexto distinto y los nombres diferentes en una y otra escuadra. Y los sudamericanos la aprovecharon. La inspiración de Richarlison, autor de un hat-trick, les permitió imponerse por 4-2.
El show del delantero del Everton inglés se consumó en la primera fracción, etapa en la que consiguió su notable producción. Apenas siete minutos tardó en abrir el marcador. En los 21′, ya había anotado el segundo. Un contraataque, en los 29′, le permitió concretar su faena personal.
Los teutones estrecharían el marcador. Nadiem Arimi, en los 54′, con la complicidad del portero Santos, marcaría el 3-1 y Ragnar Ache, a ocho minutos del final del tiempo reglamentario, anotaría el 3-2.
El 4-2 fue obra de Paulinho, quien con un derechazo, después de otra salida rápida de la Canarinha, vulneró nuevamente la portería alemana.
Sorpresa mexicana
México dio el gran golpe de la jornada. El cuadro azteca se deshizo de Francia con un contundente 4-1, lo que lo sitúa como uno de los candidatos a animar la disputa por una medalla en los Juegos.
La contundencia del Tri se dejó ver en la segunda etapa, en la que se produjeron todos los goles. Alexis Vega (47′), Sebastián Córdova (55′), Uriel Antuna (80′) y Eduardo Aguirre (90′+1) configuraron el marcador.
El descuento francés llegó por un nombre familiar para el fútbol mexicano. André-Pierre Gignac, delantero del Tigres, batió con un lanzamiento penal a Guillermo Ochoa, en los 69′.