Había empezado la pretemporada como titular, pero el de hoy era el retorno en serio de Claudio Bravo. El Manchester City-Liverpool, para dirimir al campeón de la Community Shield 2019, en Wembley, se anticipaba como el escenario ideal para ratificar el retorno en grande del arquero.
Y respondió con creces. El ex Barcelona fue la figura de su escuadra. Determinante en un compromiso que su elenco empezó dominando y encontrando rápido la ventaja (12', Sterling), pero que se les fue complicando conforme avanzó el encuentro.
El Liverpool, último campeón de Europa, encontró el camino para doblegar al bloque posterior de los Sky Blues. Fue entonces cuando se erigió la figura de Bravo que, al menos tres veces, salvó la caída de su arco con notables intervenciones, borrando de un plumazo cualquier duda que existiera respecto de su nivel después de la lesión.
El nacional estuvo sobrio y atento, y tuvo amplia participación en la rotación del balón en la salida, jugando de buena manera desde el fondo y complicando a la zaga rival con precisos pelotazos largos. Algunos, incluso, terminaron en sendas ocasiones de peligro en favor de los suyos.
Nada pudo hacer en el empate del Liverpool cerca del final, pero tras la paridad, volvió a hacerse enorme para evitar la caída y, de hecho, fue el gran responsable de que el campeón del campeón de liga con el de Copa FA (aunque este año el City llegaba como monarca de ambos torneos y enfrentó a los rojos, que fueron segundos en la Premier del año pasado) se dirimiera en la tanda de penales.
En la definición, el meta nacional mantuvo su inspiración y, con una buena atajada al lanzamiento del holandés Wignaldum, impulsó a los suyos hacia la obtención del primer título de la temporada 2019-2020 para su escuadra. Bravo volvió y volvió con todo.